Este miércoles comienza oficialmente la discusión sobre el incremento salarial para 2011. Sindicatos, gobierno y empresarios se sentarán en la mesa. Expondrán sus propuestas. Pujarán. Intentarán concertar. Si no hay acuerdo el gobierno tendrá que decretar el ajuste, teniendo como referencia mínima la inflación del año que termina. En el centro de la discusión estarán dos hombres clave: Julio Roberto Gómez, secretario general de la Confederación General de Trabadores (CGT), y Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). El Espectador los citó para conocer sus posiciones.
¿Cuál es la propuesta que cada uno va a llevar a la Mesa de Concertación Salarial y Laboral?
Rafael Mejía: Todavía no hemos dicho oficialmente ninguna cifra. Estamos oyendo los argumentos a favor y en contra, haciendo una radiografía del país.
Julio Roberto Gómez: El costo de la canasta familiar para el estrato bajo (denominado así por el DANE), está por encima de $1.100.000 mensuales, y con el salario mínimo de hoy se compra más o menos el 45%. Nosotros no vamos a ser tan locos de proponer que el salario mínimo legal para 2011 sea de $1.000.000, pero sí le estamos pidiendo al sector empresarial que haga un esfuerzo este año y hablemos de un incremento siquiera de $40.000, que es cercano al 8%.
¿Creen que es razonable esa propuesta teniendo en cuenta la situación económica del país?
RM: Actualmente estamos buscando un apoyo a la ley de formalización y primer empleo, entonces no queremos que por un exceso en el aumento del salario mínimo la gente no se pueda formalizar. Creo que la cifra es elevada.
JRG: El sector empresarial ha coincido con los equipos económicos de los gobiernos, en considerar que a mayor incremento salarial hay peligro de una mayor inflación y una mayor tasa de desempleo. Nosotros tenemos estudios sobre este particular y creemos que no necesariamente es así. ¿En qué radica el músculo financiero de Estados Unidos? en la capacidad de consumo de su gente.
Algunos académicos han recomendado que el ajuste sea muy similar al comportamiento de la inflación, que este año no superaría el 2.8%, ¿qué piensan de eso?
RM: Todas esas son opiniones externas a la comisión de concertación, que buscan influir en una decisión o en otra, hacerse notar, pero ellos no pueden decidir nada. Si son interesantes las estudiamos.
JRG: Algunos sectores dicen que el ajuste debe ser del 2.5%. Yo multiplico eso y automáticamente me dan $13.000. Y me pregunto ¿qué puede hacer un trabajador, una familia de cinco personas que vive en el extremo sur, con $13.000 más? Ese trabajador puede considerar incluso que es un insulto. Su situación de pobreza y precariedad sigue siendo la misma. Por eso algunos estamos diciendo que en vez de hablar de un porcentaje, pensemos en elevar la calidad de vida de la gente.
¿Qué diferencias ven en la actitud del actual gobierno comparado con el anterior?
JRG: Hay algunas diferencias. El doctor Juan Manual Santos ha dicho que hay que hacer el máximo para llegar a un acuerdo, y tenemos un antecedente: cuando él era Ministro de Hacienda en el Gobierno de Andrés Pastrana, en ese año nos pusimos de acuerdo. Y fue posible concertar porque el gobierno no actuó como simple árbitro, o como observador, fue partícipe. El gobierno anterior se caracterizó por eso, por hacer un simple papel de arbitraje. Y no ha sido sólo un problema del gobierno Uribe, sino también de sus antecesores.
RM: Yo lo que veo es que en estas reuniones sí están participando representantes de alto nivel del gobierno. Esa siempre ha sido mi queja, que a estas reuniones deben ir los ministros o los viceministros, no mandar a personas que con todo respeto son muy capaces pero son de tercer y cuarto nivel y sin poder decisorio. Y esa es la cosa que aparentemente está cumpliendo el Gobierno de Santos, porque en otras ocasiones nos sentíamos un poco solos.
JRG: Nos sentíamos por de bajeados. Esta es una discusión fundamental. Estamos hablando de un universo muy importante de colombianos que devengan el salario mínimo.
RM: Y no estamos hablando sólo de esas personas que devengan. Otros aspectos de la economía colombiana están determinados por el salario mínimo, como las multas de tránsito y las sanciones judiciales.
En medio de la avalancha de propuestas se ha escuchado la de eliminar el salario mínimo. ¿Qué opinan?
RM: Se me hace absurdo. Nosotros no podemos perder lo que hemos ganado, estamos a mitad de camino. Aquí hay una obligación del Estado colombiano de proteger al más débil y garantizarle lo mínimo. Y esto que digo, lo digo con un poco de molestia ante una propuesta de estas.
JRG: Estaríamos enfrentándonos a la ley de la selva, la de “sálvese quien pueda”. Una sociedad como la nuestra necesita unos mínimos para empezar a construir de ahí en adelante. Es una propuesta, con todo el respeto, traída de los cabellos.
Según las cifras del DANE reveladas este martes el desempleo descendió en octubre pero la informalidad se mantiene alrededor del 50%. ¿Cómo interpretan esas cifras?
JRG: Yo no sé qué piense el doctor Mejía pero a mí me parece muy sospechosa esa cifra del 50% de informalidad en Colombia. Si eso es cierto el país económicamente no sería viable. Eso no es así. Ese es uno de los aspectos en los que nos debemos sincerar para la discusión salarial, debemos buscar una aproximación a la verdad. No estamos de acuerdo con esas cifras.
RM: Hay que entender que el DANE mide las cifras de acuerdo a unos parámetros internacionales, pero es que en un país desarrollado las condiciones son diferente a las que tenemos acá.
¿Creen que las metas del gobierno de Juan Manuel Santos de crear dos millones de empleos y formalizar 500 mil más son viables?
RM: Es muy complejo porque, por ejemplo, el sector agrícola es una de las locomotoras del gobierno pero esas locomotoras necesitan combustible y hay situaciones externas, como el clima o la infraestructura de transporte, que nos están frenando. Todos los proyectos de ley están en curso, todas las acciones están en curso, hay que consolidarlas y ponerlas en marcha. Nosotros somos un país al que le fascina tener leyes, después nos encanta reglamentarlas y luego, al cajón de los olvidos.
JRG: Yo sí creo que es perfectamente viable, para eso hay que aumentar sustancialmente la capacidad de consumo.
¿Tienen fe en las negociaciones?
JRG: Ojalá de aquí al diez de diciembre ya estemos de acuerdo, y si tenemos que hacer unas sesiones más, las hacemos. El país necesita un acuerdo. Sería muy mal inicio para un gobierno que ha generado tantas expectativas que salga un decreto unilateral.
Leve mejoría en desempleo
Un avance en materia laboral registró este martes el DANE al revelar que la tasa de desocupación en el país se ubicó en 10,2% en octubre pasado, lo que representa una mejoría de 1,3% frente al mismo mes de 2009, en el que llegó a 11,5%. Según Jorge Bustamante, director de la entidad, esto significa que 578.000 colombianos encontraron un nuevo trabajo para un total de 19’996.000 ocupados. En contraste, la cifra de desempleados llegó a 2’262.000 personas.
Por ciudades, las peores tasas se registraron en Pereira, con 19,6%, e Ibagué, con 19,4%; mientras que San Andrés y Bogotá reportaron los mejores comportamientos con 7,7 y 9,1%, respectivamente. El DANE también mostró que entre agosto y octubre el sector de comercio, restaurantes y hoteles fue la actividad que mayores personas empleó, con una participación del 26,1%.