Una experiencia interactiva para
los amantes de las redes sociales que no alberga obras de arte colgadas en las paredes.
Agencia AFP
Para ingresar debe pagar más de 30 dólares, valor que se asemeja al costo de la entrada a un parque de diversiones.
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Los visitantes pueden visitar salas de colores vivos y decoración excéntrica, ideales para compartir en Instagram y Tik Tok.
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Una de las salas temáticas tiene bastones de espuma que simulan caramelos. Además, hay golosinas para los jóvenes visitantes.
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El museo abrió sus puertas a mediados de marzo en un centro gigantesco de la empresa inmobiliaria comercial Westfield en Solna, Estocolmo. Hay otros proyectos anunciados en Alemania y Dubái.