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En el marco de la celebración de los 70 años del Colegio Calasanz se llevó a cabo el conversatorio “Educación Media Vocacional Modelo 2029” en convenio con la Universidad del Rosario. Un espacio de reflexión académica en la cual se hizo un ejercicio de proyección social acerca del tipo de escuela que el país necesita para dar respuesta no sólo a los desafíos actuales que plantean estudiantes, familias y la sociedad desde sus necesidades y urgencias sino también para la generación de nuevas dinámicas pedagógicas, culturales y sociales.
El conversatorio se centró en ejes y tópicos como: la articulación de la educación media vocacional y la educación superior, la perspectiva de proyecto de vida, la importancia de cultivar el conocimiento en el mundo de las TIC, cuando la razón entiende las razones del corazón y lo trascedente de la trascendencia.
La conferencia abrió con el discurso del profesor Rafael Méndez, coordinador del pregrado de MACC, quien además es egresado del Colegio Calasanz. Méndez recordó su experiencia como alumno y remarcó los valores aprendidos en la institución. Resaltó que en el Colegio Calasanz se enseña a los estudiantes a “aprender a aprender” y relaciona la carencia de este pensamiento, como uno de los causales de deserción en las universidades.
“Colombia es el segundo país con índices de deserción universitaria más altos de la región con un 43%, después de Bolivia (48%). Es alarmante porque es una gran pérdida de dinero. Sin embargo, el tema económico no es lo más importante, sino el hecho de que como educadores no estamos logrando cumplir el sueño de un estudiante, porque no nos permitimos transformar una vida que va a cambiar el país. Algo debe estar pasando”, mencionó el coordinador del pregrado de MACC.
Respecto a la Universidad del Rosario, Méndez recordó que se invierten entre “22 mil y 25 mil millones de pesos en becas, y lo triste es que el 80% de los estudiantes becados la pierden después del segundo semestre”. En este sentido, considera necesario empezar a formar profesionales para los empleos del futuro, estudiantes que sean capaces de llenar las necesidades del sector productivo. Lo anterior, debido a que en la actualidad la educación está pensada para trabajos que probablemente van a desaparecer, y para prevenir esto es necesario el uso de las nuevas tecnologías.
Para solucionar las problemáticas durante el conversatorio se presentaron ideas como: la mejora en el acceso a la educación, y facilitar el conocimiento y el aprendizaje, ya que aprender no debería ser un proceso difícil. Se propuso la creación de un currículo adaptativo dependiendo del estudiante, que se adecúe a la realidad de cada uno de ellos. Además, se resaltó la importancia de fortalecer las capacidades y el humanismo de los profesores, pues “si yo no soy buena persona, no puedo ser buen educador”, concluyó Méndez.
Por su parte, José Luis Meza, teólogo de la Universidad Javeriana sustenta que se debe propender por crear un proyecto de vida que se conecte con lo social, “El proyecto de vida no es solo la profesión que un estudiante escoja, va más allá de esto, ya que debe sugerir visión, prospectiva y realidad”. Entre sus conclusiones, destaca que la responsabilidad propia y social, se podría calificar como excelencia educativa, y que los docentes deben tener en cuenta que los valores permiten ver a dónde se va a llegar.
Durante la conferencia, Javier Alfonso Villamizar, ejecutivo de SoftBank Investment Advisers, ratificó que es necesario usar tecnologías para poder transformar las industrias, por lo que “las nuevas generaciones de nativos digitales que crecen en medio de la tecnología requieren una educación diferente. Se debe tener en cuenta que estamos atravesando por una nueva revolución digital, pero que así mismo, la educación continúa dictando los conocimientos usuales: “Necesitamos formar estudiantes con competencias centradas en esta economía digital”, concluyó.