La frontera colombo-venezolana fue protagonista este domingo de la crisis diplomática entre Bogotá y Caracas. Cinco días después de que Hugo Chávez anunciara la ruptura de relaciones con Colombia, el gobierno brasileño sugirió realizar actividades de vigilancia conjunta como manera de restablecer la confianza, mientras que los venezolanos se movilizaron para apoyar a su gobierno y los colombianos solicitaron declarar la emergencia económica en Norte de Santander.
Marco Aurelio García, asesor de la presidencia brasileña para Asuntos Internacionales, aseguró, en entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, propondrá a los mandatarios de ambos países que se establezca un mecanismo de vigilancia conjunta en la frontera, con el objetivo de “neutralizar aquella zona y transformarla en un factor de paz”.
Según García, la propuesta buscaría emular a la reactivada Comisión Binacional de Frontera (Combifron), que permite hoy a altos mandos militares de Ecuador y Colombia compartir información y estar enterados de las operaciones que se realizan de uno y otro lado de la frontera.
La propuesta incluiría el uso de aviones no tripulados para vigilar la frontera y sería presentada formalmente a ambos gobiernos durante la primera semana de agosto, cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva viaje para acudir a su habitual reunión trimestral con el presidente Chávez y luego asista a la posesión del nuevo presidente colombiano, Juan Manuel Santos, según informó la agencia EFE.
“A partir de ahí (el acuerdo de colaboración en la frontera), la conflictividad estaría eliminada y se podría pensar en un pacto de no agresión”, declaró el importante asesor.
Entre tanto, en la ciudad fronteriza de Cúcuta continuará este lunes una reunión entre un grupo de congresistas y autoridades locales, para firmar un documento que le pida al presidente Álvaro Uribe y a su sucesor, Juan Manuel Santos, que declaren la emergencia económica en el departamento, para mitigar los efectos que ha tenido la crisis en la región, donde la informalidad ha llegado al 85% y los despidos son plato de todos los días, por cuenta de la negativa venezolana a importar productos colombianos.
“Realmente es dramática la situación económica del departamento y se va agravar más si no se toman las medidas de emergencia a tiempo”, explicó el senador Juan Fernando Cristo en la capital del Norte de Santander, a los medios locales.
De hecho, el presidente Uribe también se refirió este fin de semana a la crisis del departamento. El sábado, el mandatario pidió a los colombianos “agotar las mercancías de Cúcuta” y anunció que el próximo 5 y 6 de agosto se llevará a cabo una rueda de negocio en Cúcuta, auspiciada por Proexport para buscar otros mercados alternos a Venezuela.
Del otro lado de la frontera, el gobierno venezolano y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) convocaron a dos marchas en respaldo al gobierno de Hugo Chávez. La primera se llevó a cabo en San Antonio de Táchira, en el puente Simón Bolívar, adonde llegó el canciller Nicolás Maduro, quien aseguró que “la guerra de Colombia no se resuelve con más guerra. Se resuelve con un proceso de negociación y un plan de paz, y Suramérica debe construir ese plan de paz para salvar a Colombia”.
Entre tanto, en el municipio de Guajira, estado de Zulia, el vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua, acompañó a otra gran movilización por la “soberanía”. Allí, el funcionario reiteró que las Fuerzas Armadas venezolanas no van a participar “en un conflicto que no les pertenece”, refiriéndose a la solicitud de Colombia para que Venezuela colabore en la lucha contra los grupos guerrilleros.