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Celos profesionales: un enemigo silencioso

Los casos de envidia al interior del trabajo son cada vez más frecuentes. Expertos dicen que es una dificultad que obstaculiza el desempeño de los empleados y perjudica la paz mental.

Redacción Actualidad
14 de febrero de 2016 - 02:00 a. m.
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Todos hemos escuchado alguna vez la frase “en Colombia la gente muere más de envidia que de cáncer”. El autor de estas célebres palabras, que ya hacen parte de la sabiduría popular colombiana, fue el ciclista paisa Martín Emilio Cochise Rodríguez, luego de que, por la influencia de un periodista barranquillero, el Comité Olímpico Internacional le negara la posibilidad de viajar en 1972 a las Juegos Olímpicos en Múnich, en donde era el favorito.

Y así como el de Cochise, son muchos los casos en que la envidia ha determinado el desarrollo profesional de varias personas. En el mundo, por ejemplo, se hizo célebre en el año 2013 el caso del ballet Bolshoi ruso, en el que un sicario le tiró al director del grupo de baile ácido sulfúrico a la cara, al parecer por encargo de uno de los bailarines. Por otro lado, en Colombia hace pocos días se conoció el caso de las hermanas Rey, dos modelos que, según las investigaciones, retuvieron y torturaron a una de sus colegas. ¿La razón? Celos profesionales.

La competencia es algo normal para crecer en una organización o un oficio. El deseo de sobresalir y de ser reconocido son valores bien vistos por los jefes y las empresas. Sin embargo, en ocasiones, la competencia entre colegas deja de ser sana y pasa a ser una lucha desleal, motivada en su gran mayoría por los celos.

La envidia es algo con lo que se convive a diario. Son varias las razones que motivan a las personas a adquirir posiciones egoístas. Desigualdad en los salarios, una carga laboral injusta e, incluso, la apariencia física hacen parte de las principales razones por las que las personas suelen envidiar a sus colegas.

Para María Claudia Peralta, jefa del área de Psicología Social de la Universidad de la Sabana, la envidia se relaciona con las carencias personales. “Es querer algo que los demás tienen, y eso genera una sensación de agresión contra las otras personas y puede estar asociado con una baja autoestima”.

De acuerdo con Peralta, las personas envidiosas suelen pensar que no pueden lograr aquello que la persona envidiada sí tiene, y termina proyectando en ella esa molestia. “Al proyectar una falencia o una carencia, esto genera una agresividad interior, que puede desencadenar el deseo de causar daño”, agrega.

El daño puede manifestarse de dos maneras: pasiva o activamente. En el primer caso, la persona no lo manifiesta, pero eso no significa que el sentimiento no lo esté afectando, evidenciado en problemas de agresividad y depresión. Por otro lado, cuando la envidia se manifiesta de manera agresiva se puede recurrir a la agresión verbal y la física.

Pero también hay situaciones externas que, por más que las personas sean altamente tolerantes, pueden causar problemas de envidia. “Los empleadores deben ser sumamente claros y transparentes en cuestiones de ascensos, procesos de selección y niveles de jerarquía, porque de esta manera evitarán que se pueda generar incomodidad dentro del clima organizacional”, explica Peralta, quien afirma que mientras los empleados sepan las reglas de juego “no sentirán que se está cometiendo una injusticia”.

¿Hay diferencias entre hombres y mujeres?

Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Valencia, en España; Groninga, en Holanda, y Palermo, en Argentina, afirma que no hay distinción de género cuando se sienten celos o envidia de un colega de manera profesional. Hombres y mujeres sienten celos profesionales de la misma manera y motivados por los mismos intereses. Salario, jerarquía, poder, entre otros. Sin embargo, hay algunas razones que son particularmente más frecuentes en cada uno de los géneros.

Por el lado de las mujeres, el estudio recogido en la Revista de Psicología Social afirma que son más comunes los celos por la apariencia física, mientras que a los hombres este indicador les es indiferente. Pero por el lado masculino, la principal causa de celos son las habilidades sociales de sus colegas y cómo interactúan con el género opuesto.

Y así como hay distintos casos que producen los celos, también existen las maneras de manifestarlos. “Mujeres y hombres tienen distintas maneras”, explica Peralta. “Mientras las mujeres optan en la mayoría de los casos por las agresiones verbales, los hombres tienden a acciones más directas y violentas”.

¿Cómo evitar los celos profesionales?

Es parte de la naturaleza humana sentir envidia, pero depende de cada persona determinar qué tanto puede consumir su paz mental.

Es importante recordar cuáles son nuestras cualidades y fortalezas para evitar la comparación con otras personas. Reconocer esto ayudará, según expertos, a descubrir las propias carencias emocionales y a superarlas. Así aprenderemos a valorar nuestro trabajo.

Por Redacción Actualidad

 

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