Los hábitos de comida y bebida afectan nuestro bienestar y nos urge seguir una dieta saludable. Con frecuencia la gente olvida el hecho de que el goce de la comida es también un aspecto importante del comer sano.
El gusto es condicionado, por lo tanto la comida que debe “sabernos rico” es aquella que estamos convencidos le hace bien a nuestro cuerpo. Además deben desvirtuarse visiones erradas frente algunos alimentos o bebidas como el café, tantas veces estigmatizado al considerarlo nocivo. A pesar de que gran parte de la humanidad ha ingerido alimentos con cafeína durante mucho tiempo, no han desaparecido los mitos alrededor de su consumo.
Un aforismo popular atrevidamente expresa: “Coca Cola mata tinto”. Pretende afirmar que la popular gaseosa tiene mayor valor que el café, lo cual no es más que una falacia populachera y folclórica. Es esencial tener información correcta acerca de las dudas relacionadas con la salud y qué en algún momento nos impiden gozar de tan aromático placer. El consumo de cafeína se ha asociado a dolencias como la hipertensión, la osteoporosis o la gastristis, pero, ¿qué tan ciertos son? Hasta la fecha ningún estudio científico ha podido fundamentar una relación directa entre la aparición de estos males y el consumo moderado de cafeína.
Se han realizado múltiples análisis con seguimiento durante años a pacientes consumidores de café. Los resultados en su mayoría evidencian que beber hasta unos 400 mg diarios de cafeína (unas cinco o seis tazas estándar) no tiene efectos nocivos en la gran mayoría de personas. Al contrario, hoy se han encontrado muchos beneficios para la salud humana relacionados por ejemplo con la diabetes, el mal de Alzheimer y algunos tipos de cáncer. Pero como todo alimento, lo nocivo son los excesos y en ello si se requiere prudencia.
Así como tantas substancias alimenticias, las acciones de la cafeína se han investigado hasta la saciedad tratando de aclarar sus reales efectos en la salud. Los resultados de miles de estudios indican que tomar café en cantidades normales (cuatro a seis tazas por día) es seguro. Por consiguiente, no hay razón para que el empleo moderado no pueda ajustarse a una dieta y a un estilo de vida saludables. Para la gran mayoría de personas, un consumo normal de café no modifica ni el ritmo cardíaco, ni la presión arterial.
Múltiples análisis demostraron que tampoco afecta la absorción de calcio en los huesos de manera que pueda llevar a osteoporosis. Salvo en casos extremos de mujeres mayores, cuando la ingestión de calcio es escasa. Otro mito es su asociación a la gastritis; mal que solo podría provocarse cuando se emplean cafés de mala calidad por las impurezas o como resultado de un precario proceso de producción; pero difícilmente con un café orgánico, gourmet o excelso. El consumo moderado de café, ayudado de una dieta adecuada no tiene riesgos. Más aun si se conserva el buen hábito del ejercicio físico, el cual mejora la tolerancia a la cafeína.
Son aspectos esenciales de la salud y de las dietas que demuestran que el café; puede ser parte de un estilo de vida saludable y agradable, más aun fortalecido por otros principios activos que contiene como antioxidantes, fenoles (ácido clorogénico), vitaminas y minerales. Muy lejos de lo nocivo que podría resultar, eso si seguro, el consumo mayor de gaseosas con alto contenido de azúcar refinada, saborizantes artificiales y calorías vacías. Una especie de “bomba”. No hay punto de comparación entre un buen café y una Coca Cola. De allí que, al contrario de la expresión popular: “Café si mata Coca - Cola”, y de lejos.
Por FABIO AREVALO ROSERO MD, colaborador de Soyperiodista.com