
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El aislamiento, el temor al contagio, las preocupaciones económicas, la soledad y el miedo son solo algunas de los desafíos que está enfrentando la sociedad por efecto de la acelerada expansión del coronavirus alrededor del mundo.
En estos momentos la mente humana se enfrenta a emociones como el miedo, la angustia, la negatividad, los pensamientos catastróficos, la desesperanza y la depresión, entre otros. En medio de esta situación, además del cuidado del sistema inmunológico y el seguimiento de las instrucciones para evitar el contagio es fundamental tranquilizar la mente y encontrar en ella paz para lidiar con el confinamiento.
“Es completamente normal que surja el estrés, el apego, la ansiedad, la incomodidad, no hay necesidad de reprimirlo, lo aceptamos. Es normal porque estamos muy familiarizados con estas mentes incómodas. Sin embargo, ahora tenemos la oportunidad de buscar la felicidad aplicando otro método”, dice el maestro residente del Centro de Meditación Kadampa Colombia Guen Kelsang Sangton, quien ha practicado el budismo kadampa desde hace diez años y en esta técnica encontró un método claro y eficaz para desarrollar una mente estable y feliz, aún en medio de la adversidad y las dificultades de la vida.
Estando en la universidad este monje se encontró con las enseñanzas del budismo, y su formación científica lo llevó a encontrar en estas enseñanzas la solución para calmar su mente y lograr la paz interior.
Siendo de los maestros más jóvenes de esta tradición, ha colaborado activamente estableciendo los Centros de Meditación Kadampa en Monterrey y Guadalajara (México), y ha ayudado a desarrollar los programas de educación en Ciudad de México, Cuernavaca y ahora en Bogotá.
Kelsang Sangton es apreciado por los estudiantes por compartir el budismo moderno de manera clara, inspiradora y divertida, dejando ver lo fácil que es integrar estos consejos en el diario vivir para disfrutar de una mejor calidad de vida, es decir, para disfrutar de una mente feliz.
Estos son algunos de sus consejos:
¿Qué opina de este confinamiento?
Poder transformar estas condiciones de aislamiento externo es una gran oportunidad para desarrollar nuestra mente y nuestro corazón. En el libro "Tesoro de contemplación" el maestro, Gueshe Kelsang Gyatso nos dice que a veces es muy importante vivir en aislamiento, de la misma manera en la que un doctor tiene que recogerse y asilarse temporalmente para tomar cursos, internados y o aprender nuevas técnicas, las cuales después le permitirán regresar a la sociedad a ayudar a los demás.
De la misma manera, cada uno de nosotros de vez en cuando necesita recogerse en aislamiento para enfatizar y cultivar algunas cualidades positivas de nuestra mente y después regresar para contribuir a nuestra comunidad usando estas cualidades aprendidas. Entonces, tenemos la oportunidad de transformar esta situación de aislamiento en un retiro espiritual. Ese es el reto.
¿Qué debo hacer cuando surja la ansiedad o la depresión?
Es completamente normal que surja el estrés, el apego, la ansiedad, la incomodidad, no hay necesidad de reprimirlo, lo aceptamos.
Es normal porque estamos muy familiarizados con estas mentes incómodas. Sin embargo, ahora tenemos la oportunidad de buscar la felicidad aplicando otro método.
¿Cuál método?
En alguna ocasión, hace varios años, nuestro maestro Kelsang Gyatso dijo durante un festival de nuestra tradición que estaba resultando muy lluvioso: “Puede que no tengamos el método para controlar el clima, pero tenemos un método para controlar nuestra mente y disfrutar de paz”. Y esto es sumamente valioso, porque significa que podemos aprender a estar en paz con lluvia o sin lluvia.
Entonces, no importa cómo cambien las condiciones externas en nuestra vida, podemos sentirnos seguros de que con el método adecuado podemos desarrollar felicidad, que es la sensación que surge cuando nuestra mente está en paz. Este método es la meditación.
¿Qué es la meditación?
Los budistas tenemos definiciones para todo. Somos como un niño muy curioso que siempre está preguntando ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?
En el "Nuevo manual de meditación" se define así: “La meditación es la mente que se concentra en un objeto virtuoso, y es la causa principal de la paz mental”. Más adelante, en el mismo texto, dice: “Un objeto virtuoso es aquel que apacigua nuestra mente cuando nos concentramos en él o cuando pensamos en él. Si como resultado de concentramos en el objeto generamos una mente desapacible, como el enfado o el apego, significa que es perjudicial para nosotros”. El amor, por ejemplo, cuando es desinteresado, es un objeto virtuoso.
Entonces, la meditación es la acción o proceso mental de enfocar la mente en un pensamiento virtuoso o constructivo y como resultado de esto sentirnos en paz.
Ya conocemos a la perfección el otro método con el que buscamos la felicidad normalmente: si le pasas una hojita a alguien y le pides que anote las cinco cosas que tienen que pasar para ser feliz, la llenaría muy rápido. Que fulano haga esto, que fulana haga lo otro, que esta persona desaparezca, que esta persona aparezca, que esta situación ocurra, que esta situación deje de ocurrir. Posiblemente preguntaría: “¿Solo puedo colocar cinco cosas? ¿No puedo poner diez o quince? ¿Se puede de lado y lado? ¿Puedo un libro completo?”.
Ahora es el momento de intentar otro método. La propuesta es: voy a ser feliz cuando tenga una mente en paz y lo voy a lograr a través de la meditación. No tenemos nada que perder con intentarlo, o mejor diría sí tenemos mucho que perder. Podemos perder mucho enojo, mucho estrés, mucha ansiedad.
¿Y qué podemos ganar? Que nos sintamos en paz, que dejemos a un lado el afán, que nos desconectemos por un momento y conectemos con el interior. ¿Y qué sería lo peor? Que lo intente y no logres mucho. Pues lo vuelve a intentar, cada sesión de meditación es diferente.
¿Meditar es poner la mente en blanco?
Recordemos que meditar es enfocarnos en un objeto virtuoso. La idea es dirigir nuestra mente hacia lo positivo, no quiere decir dejar de pensar, tampoco quiere decir colocar la mente en blanco. Meditar quiere decir decidir qué pensar.
Si observamos nuestra rutina habitual, aunque creemos que tenemos mucha libertad, hoy en día es bastante difícil elegir qué pensar. Buda da una analogía muy útil. Dice que nuestra mente es como un mico loco. Imagina un mico saltando de una rama a otra, sube a una rama, baja a otra, lo hace todo el día, al final de este día este mico termina cansado y agotado. ¿Por qué terminamos tan cansados? Si físicamente no hacemos mucho, hemos pasado en el apartamento todo el día, termínanos tan agotados porque mentalmente hemos estado subiendo y bajando de un pensamiento a otro.
Lo que no vemos fácilmente es que este mico inquieto, en su alboroto, no se da cuenta de que entra a ramas que son difíciles, perturbadoras y de las que es complicado salir. Estamos estresados y al otro día seguimos estresados. Y pensamos: “Ya no quiero estar estresado”, pero no tenemos un método para salir de este pensamiento.
A veces queremos dirigir nuestra mente a otras cosas pero no podemos soltar ciertos pensamientos. Quedan ahí dando vueltas de manera recurrente en nuestra mente. Por ejemplo, uno entra a las redes sociales y está ahí viendo un video y después otro, una imagen y otra, una recomendación y otra, un remedio y otro. Que si tomar panela con limón o agua con jengibre, que si tomar paracetamol, que si no ponerse el tapabocas…
Podemos ver cómo nuestra mente salta de un pensamiento a otro como el mico. Vemos un video y nos llena de esperanza, entonces enfocamos nuestra mente en un pensamiento constructivo y este nos llena de esperanza, pero simplemente bajamos un poco más vemos otro video que nos llena de miedo, y luego bajamos y miramos una imagen que nos llena de enojo, y luego bajamos y vemos un video de un gatito haciendo cosas chistosas y nos llena de alegría, y luego bajamos y vemos otro video que nos llena de terror… Así es como nuestra mente salta de un pensamiento a otro y al final del día no sabemos que pensar.
La meditación nos ayuda a decidir qué pensar y a estabilizar una mente constructiva.
(Le puede interesar: Conciencia ciudadana, la mejor opción contra la propagación del coronavirus)
¿Qué nos aconseja para lo que está pasando hoy en día?
Externamente las cosas pasan, nadie las puede negar, y mucho menos en este momento. Pero lo que sí podemos decidir es pensar de una manera constructiva frente a esto, tener una mayor claridad mental.
Podemos transformar esta situación en una práctica espiritual a través de la meditación. El objetivo de este método, dicho de otro modo, es generar familiaridad con pensamientos constructivos. Solo diez minutos de meditación al día pueden producir cambios en el modo como percibimos lo que sucede y darnos una claridad para actuar de manera constructiva frente a los retos que se nos presenta cada día.
Nuestra percepción está compuesta de hábitos y es cuestión simplemente de establecer unos nuevos, y le aseguro que todo cambia. Está tan a la mano. Y ahora a domicilio, con las clases en línea que hemos abierto por esta situación de cuarentena.
Imagínese si dijéramos: “Yo voy a estar feliz cuando toda esta situación del COVID-19 cese”, cuánta ansiedad va a surgir, cuánta incertidumbre, porque simplemente no sabemos qué va a pasar. O: “Yo voy a ser feliz cuando finalmente pueda salir de la casa”. No sabemos cuándo va a pasar. “Yo voy a ser feliz si…”, no tiene sentido, no está bajo mi control ni el de nadie.
El antiguo maestro Atisha dijo que es como perseguir espejismos hasta la extenuación. Un espejismo que parece estar ahí en verdad y luego ocurre que llegamos a ese lugar y nos damos cuenta de que no era lo que parecía. Lo que sí puede hacer es tomar la decisión de ser feliz a través de mantener una mente en paz.
¿Qué objeto virtuoso propone para meditar en esta época?
Por medio de una experiencia de amor podemos conectar con una mente apacible y constructiva en nuestra situación actual. Podemos elegir pensar y meditar en el amor.
¿Cómo podemos meditar en el amor?
Hay muchas maneras de generar amor, la que sugiero es una manera muy especial, se trata de reconocer la bondad de los demás. En el libro “Nuevo ocho pasos hacia la felicidad” el maestro Kelsang Gyatso lo explica muy bien.
Hay una pregunta que inicia la meditación: Si tuvieras en este momento que regresar cada cosa que has recibido de los demás, ¿con qué te quedarías? Imagina que entras a tu casa y tienes que sacar y devolver cada cosa que has recibido de los demás. ¿Qué te quedaría? Si lo piensas con cuidado, la respuesta es que te quedas sin nada.
Ni siquiera con tu nombre, porque este te lo dieron tus padres. Tu cuerpo también lo recibiste de tus padres. Lo que has aprendido y lo que sabes hacer te lo enseñaron los demás. La persona que eres y lo que tienes existe gracias a la bondad de los demás.
Piense, por ejemplo, en las personas que están afuera de la cuarentena trabajando para que nosotros estemos bien. Que tal las personas de los supermercados, esas personas se exponen para beneficiarnos. No importa si tienen o no esa intención. En todo caso, su trabajo y acciones nos benefician. Son dignos de nuestro respeto y amor. Incluso el que tengamos comida en la casa es gracias a la bondad de los demás.
Hacer esta reflexión es una manera de generar amor: un sentimiento cálido de afecto y cercanía hacia los demás. Esta mente de amor produce paz. Es bueno hacer esta meditación de manera específica para que sea muy efectivo, es decir, ver el beneficio real que recibimos de los demás en nuestra vida.
Entonces, el maestro dice más adelante: “En resumen, necesitamos a los demás para nuestro bienestar físico, emocional y espiritual. Sin ellos no somos nada. Pensar que somos como una isla, un individuo independiente y autosuficiente, no se corresponde con la realidad. Es más realista pensar que somos como una célula dentro del inmenso cuerpo de la vida, distintos de los demás, pero íntimamente relacionados con todos ellos. No podemos existir sin los demás y ellos, a su vez, se ven afectados por todo lo que hacemos”.
Vivimos en una red de interdependencia de la que es imposible salir. Cada acción que realizamos impacta a los demás, cada mente de paz que generamos impacta a otros, porque no existimos aislados.
También cada mente de apego, cada mente de estrés o miedo contribuye al miedo de los demás. Entonces, contribuyamos a una mente más apacible, para nosotros y para los demás.
Para ayudar a los colombianos a superar las dificultades y los desafíos del aislamiento, el maestro Sangton está dando clases virtuales de meditación.