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Computadores extremos

El ‘overclocking’, nueva disciplina en la cual se potencian funciones de los equipos usando agua, nitrógeno y hielo seco.

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Gabriela Supelano
07 de julio de 2010 - 10:00 p. m.
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Juan Sebastián Campos, Ronaldo Buasasi y Charles Wirth forman parte de un grupo de personas que disfrutan llevando su computador al límite: los overclockers. Muchos de ellos empiezan transformando sus equipos de forma casera, con el propósito de que funcionen mejor los juegos de video y, después de horas de trabajo, logran que funcionen a velocidades que no superaría ningún computador comercial.

Este gusto por la velocidad y la potencia también lo comparten con los corredores de carros, “¿a qué corredor no le gusta que su vehículo vaya más rápido, sea más brillante y más moderno?”, pregunta Ronaldo Buasasi, un brasileño experto en tecnología nacido en São Paulo y quien hace 10 años practica el overclocking. En 2005 decidió dedicarse al extreme overclocking y ahora es su mayor exponente en Latinoamérica.

En esta modalidad se busca llevar los computadores a sus límites máximos de velocidad, modificando los circuitos y utilizando elementos como el nitrógeno líquido para que se mantenga muy baja su temperatura. El espectáculo de los extreme overclockers es impresionante, ya que este gas puede llegar hasta cerca de 180 grados bajo cero, lo cual genera una bruma que cubre todos los equipos y el ambiente que los rodea tan pronto entra en contacto con éstos.

Cualquiera pensaría que el  nitrógeno es peligroso, pero ellos ni siquiera utilizan guantes. Buasasi demuestra lo poco dañino que es vertiéndolo en su cabeza y tirándolo por los aires. Es tan frío que se evapora al entrar en contacto con la piel. “El peligro de usar nitrógeno líquido es para el bolsillo”, dice Juan Sebastián Campos. Por eso el extreme overclocking profesional es un “deporte” que demanda dinero.

Los profesionales

En Colombia sólo hay 25 overclockers escalafonados y muy pocos profesionales, por eso muchos jóvenes interesados en la tecnología hacen overclocking casero. Para quienes practican esta disciplina, el calor del computador no es el único enemigo, pero sí uno de los más peligrosos. Por eso para combatirlo recurren a elementos como el agua, el nitrógeno y el hielo seco, aunque éstos traen consigo otra serie de inconvenientes. Por ejemplo, las bajas temperaturas que llevan a la condensación del agua dentro del computador pueden crear un corto circuito.

Para defenderse contra la condensación, los overclockers utilizan todos los recursos que estén en sus manos: untan vaselina en la superficie de los circuitos, los protegen con cintas e, incluso, usan papel de cocina para que absorba el agua condensada. La recursividad es la principal herramienta del overclocker, ya que esta tendencia surgió del interés por lograr mejoras en los equipos sin tener que hacer una gran inversión. Por eso se utilizan materiales caseros o muy asequibles y una gran dosis de creatividad.

Durante la semana pasada se encontraron en el Campus Party Juan Sebastián Campos, Ronaldo Buasasi y Charles Wirth, un estadounidense a quien le dicen Fugger que creó la página más importante de overclocking en el mundo, www.xtremesystems.org. Empezó en los años 70 cuando no existían las computadoras como las conocemos ahora.

“Es tan profesional que ni siquiera tiene que competir”, asegura Juan Sebastián Campos, o Killer, nombre con el que es conocido en el mundo de las computadoras. Este joven bogotano empezó como modder, otra disciplina en la que se cambia el exterior de los ordenadores para hacerlos más atractivos, y desde hace unos años, cuando conoció a Buasasi en una competencia en Brasil, se interesó tanto por el overclocking que le pidió que se convirtiera en su maestro.

Rápidamente Campos logró subir de nivel y ahora es el primero en Colombia y el tercero en Latinoamérica, mientras su mentor ostenta el primer lugar del continente y el puesto 17 en el mundo. Al igual que para los corredores de carros, las posiciones se determinan por unos puntajes que se hacen públicos en la página www.hwbot.org, los cuales muestran las velocidades extremas a las que llegan sus computadores y los récords que se esfuerzan por romper todos los días.

Por Gabriela Supelano

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