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A Alexander Stroobandt, un sacerdote de Brujas, la justicia lo encontró culpable de usar el secreto de confesión como excusa para eludir la obligación de prestar socorro a una persona, según reporta la agencia Reuters.
El cura fue contactado por un hombre que sufría depresión. En confesión el sujeto, según reporta la agencia, le contó al sacerdote sus intenciones de quitarse la vida. Stroobandt le aconsejó sobre sus intenciones, pero nunca reportó que el hombre quería suicidarse, como finalmente hizo.
La esposa del hombre, al enterarse de que su marido le había contado al cura sus intenciones, decidió demandar al sacerdote, quien intercambió varios mensajes de texto y llamadas con el hombre que se suicidó. Alega la mujer que el hombre no advirtió a nadie sobre lo que su marido pretendía.
Sigue a El Espectador en WhatsApp¿Debió romper el secreto el sacerdote? "Los fiscales adujeron en el juicio que nadie puede eludir la obligación de prestar socorro, pasando por alto el valor de ayuda la confesión, y la existencia de una obligación grave de secreto sacramental por parte de todo sacerdote católico", dice Reuters.
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El abogado defensor de Alexander Stroobandt, consultado por Reuters, indicó que "recurrirán la sentencia, porque el deber de secreto de la confesión «es absoluto".