Criar hijos en tribus, no en familias
Anna Gabriel, diputada catalana, causó controversia al sugerir que los niños sean educados en tribus. Lo que propone es un cambio radical al modelo de familia. El Espectador habló con la psicóloga Natalia Izquierdo para abordar el tema.
Redacción Actualidad
En España han causado revuelo las declaraciones de la diputada Anna Gabriel, perteneciente al partido de extrema izquierda Candidatura de Unidad Popular (CUP), acerca de educar a los niños en tribu y no por familia. Según Gabriel, en sus argumentos planteados en radio Catalunya, la familia convencional es pobre, enriquece muy poco y hace a las personas más conservadoras.
Natalia Izquierdo, psicóloga de la Universidad Católica y fundadora del Centro Interamericano de psicoterapia, opina que es muy difícil criar a un hijo de esa forma ya que desde el momento mismo de la gestación se crea un efecto de reconocimiento y apego que cimienta la relación madre-hijo.
La diputada catalana afirma que “aunque tú quieras lo mejor para ellos, se entra en una lógica perversa”, y es que Gabriel sostiene que el modelo biparental reinante en occidente es contraproducente para la consolidación de una sociedad con sentido de comunidad. Este paradigma genera un sentimiento de pertenencia que va en contravía de la creación de valores comunitarios.
Recientemente, Ricardo Silva Romero en un recorrido con El Espectador dijo “aquí lo que hemos tenido es familias y no sociedad, y hemos tenido familias más que país”. En Colombia, así como en el resto de occidente, se impuso la imagen judeo-cristiana de familia tradicional, un concepto basado en la conformación biparental.
Si bien Izquierdo opina que abandonar el canon resultaría muy difícil, no desacredita las bondades que tiene la idea de criar y educar en tribu. La psicóloga sostiene que hay tres bondades fundamentales de este sistema: la diversidad que permitiría una crianza tribal, la interacción e incremento de conocimientos y sabidurías provenientes de fuentes alternas a los padres biológicos y la ausencia de sesgo por apellido.
El objetivo final de Gabriel es que los niños sean “hijos e hijas que has tenido y parido tú con los demás", de esa forma puedan ser educados en común y en colectivo por la tribu. Para Izquierdo, la solución no está en cambiar radicalmente el modelo biparental sino en mejorar el enfoque del modelo tradicional integrando en la educación y crianza de los niños formas de pensar y actuar en sociedad.
En España han causado revuelo las declaraciones de la diputada Anna Gabriel, perteneciente al partido de extrema izquierda Candidatura de Unidad Popular (CUP), acerca de educar a los niños en tribu y no por familia. Según Gabriel, en sus argumentos planteados en radio Catalunya, la familia convencional es pobre, enriquece muy poco y hace a las personas más conservadoras.
Natalia Izquierdo, psicóloga de la Universidad Católica y fundadora del Centro Interamericano de psicoterapia, opina que es muy difícil criar a un hijo de esa forma ya que desde el momento mismo de la gestación se crea un efecto de reconocimiento y apego que cimienta la relación madre-hijo.
La diputada catalana afirma que “aunque tú quieras lo mejor para ellos, se entra en una lógica perversa”, y es que Gabriel sostiene que el modelo biparental reinante en occidente es contraproducente para la consolidación de una sociedad con sentido de comunidad. Este paradigma genera un sentimiento de pertenencia que va en contravía de la creación de valores comunitarios.
Recientemente, Ricardo Silva Romero en un recorrido con El Espectador dijo “aquí lo que hemos tenido es familias y no sociedad, y hemos tenido familias más que país”. En Colombia, así como en el resto de occidente, se impuso la imagen judeo-cristiana de familia tradicional, un concepto basado en la conformación biparental.
Si bien Izquierdo opina que abandonar el canon resultaría muy difícil, no desacredita las bondades que tiene la idea de criar y educar en tribu. La psicóloga sostiene que hay tres bondades fundamentales de este sistema: la diversidad que permitiría una crianza tribal, la interacción e incremento de conocimientos y sabidurías provenientes de fuentes alternas a los padres biológicos y la ausencia de sesgo por apellido.
El objetivo final de Gabriel es que los niños sean “hijos e hijas que has tenido y parido tú con los demás", de esa forma puedan ser educados en común y en colectivo por la tribu. Para Izquierdo, la solución no está en cambiar radicalmente el modelo biparental sino en mejorar el enfoque del modelo tradicional integrando en la educación y crianza de los niños formas de pensar y actuar en sociedad.