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Cuando la cigüeña llega tarde

Para alcanzar el éxito profesional, muchos hombres postergan la paternidad hasta después de los 60 años. El Día del Padre es la fecha apropiada para estrechar lazos con los hijos y romper la brecha generacional.

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Mariana Suárez Rueda
20 de junio de 2009 - 08:00 p. m.
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Niki Lauda, tres veces campeón de la Fórmula Uno, y su segunda esposa Birgit Wetzinger estaban destinados a estar juntos. Ella trabajaba en la aerolínea de este reconocido piloto cuando él comenzó a sufrir graves quebrantos de salud. El riñón que le había donado su hermano dejó de funcionar y su vida pendía de un hilo. En medio de sentimientos de cariño, admiración y respeto, Wetzinger decidió salvarlo donándole uno de sus riñones. A los pocos meses de su recuperación ya eran pareja y el próximo mes de octubre, casi cinco años después, Lauda se convertirá en padre por cuarta vez a sus 60 años.

Esta es una edad que psicólogos y sexólogos coinciden en calificar como no muy apropiada para concebir un hijo, pero que en estos tiempos se ha convertido en la ideal para un gran porcentaje de hombres –muchos de ellos reconocidos artistas de Hollywood, músicos e incluso de la farándula criolla–, quienes prefieren posponer la paternidad hasta que se hayan consolidado profesionalmente o después de uno, dos o más fracasos en sus relaciones matrimoniales deciden unirse con mujeres 20, 30 y hasta 40 años menor que ellos que sueñan con realizarse como mamás.

A la inesperada noticia de la paternidad del ex piloto de la Fórmula Uno, Niki Lauda, se suman los rumores sobre el embarazo de la mujer de Julio Iglesias, Miranda Rhysburger, quien a sus 43 años estaría esperando su quinto hijo con el cantante que ya cumplió los 65 y que parece estar siguiendo los pasos de su padre, el médico Julio Iglesias Puga, quien tuvo dos hijos con su segunda esposa después de los 80 años. Aunque la revista española Hola desmiente esta noticia en su portal de internet, la revista Lecturas, también española, publicó la semana pasada la primicia de que el bebé nacerá en septiembre.

La felicidad de estos padres que ya están entrando a la tercera edad también la comparte Guillermo Coppola –ex mánager del futbolista argentino Diego Maradona– quien hace sólo cinco meses tuvo a su primer hijo. “Claro que me preocupó ser papá teniendo 60 años. Cuando recibimos la noticia del embarazo pensé que no quería traer un hijo al mundo para dejarlo de joven, pero las cosas llegan por algo”, confesó en una entrevista a la revista Caras.

Gloria Mercedes Isaza, terapista de familia, cree que este fenómeno de los hombres mayores que quieren ser padres se ha vuelto cada vez más común, en gran medida porque se busca primero alcanzar la estabilidad económica y el éxito profesional antes de asumir la paternidad. Sin embargo, ve con preocupación que exista una diferencia generacional tan grande entre padres e hijos. “Esto hace más difícil que los papás puedan establecer una relación cercana con sus niños, pues al ser tan mayores no tienen la misma paciencia y a veces no les dedican mucho tiempo, entre otras cosas, porque ya han pasado por la etapa de su vida en la cual el objetivo principal era formar una familia”.

 Además, explica Isaza, cuando los hijos son pequeños, los padres pueden tener dificultades para participar en actividades lúdicas y recreativas a las que el colegio los invita, como partidos de fútbol, concursos de relevos o carreras de costales y esto podría afectar su autoestima y la imagen que los pequeños tienen de ellos.

Esta es una opinión que también comparte el médico José Manuel González, director del Centro de Psicología y Sexología del Caribe, quien advierte que cada etapa de la vida tiene su hora:

“Así como no es sano que un adolescente tenga nietos o que un hombre de 80 años haga su bachillerato, tampoco lo es el ser padre a edades tan avanzadas. Simplemente no me parece lógico”.

¿Qué puede hacer un papá de 80 años con un niño de 10? Para estos especialistas uno de los principales inconvenientes radica en la seguridad que le pueden ofrecer al menor, pues desafortunadamente existe un riesgo muy alto de que el padre muera en cualquier momento y su hijo aún sea muy pequeño. A esto se suma la brecha generacional, especialmente en lo relacionado con los temas tecnológicos, que dificulta que haya una mayor cercanía entre ambos, y que los padres ya no están dispuestos a tolerar las rabietas, pataletas, el llanto, las carcajadas y los gritos.

En general, son papás menos pacientes, más celosos y muy sobreprotectores. Casi siempre terminan asumiendo la actitud de un abuelo, concluye González. Y este es quizás uno de los factores que más preocupa a los especialistas y terapeutas de familia, ya que la figura paterna es fundamental para el sano desarrollo de los menores.

Adicionalmente, es bastante probable que los temores del padre se exageren frente a los peligros de la sociedad y tiendan a coartar la libertad de sus hijos. Entonces, comienzan a aparecer los conflictos y las peleas, especialmente en la etapa de la pubertad, cuando los adolescentes sienten que no soportan a su padre e incluso lo ven como una amenaza.


¿Papás más sabios?

El músico cubano Compay Segundo siempre se sintió muy orgulloso de ser un papá veterano, estaba convencido de que tener tantos años era una ventaja, pues la sabiduría de la vida le permitiría educar a sus pequeños desde una óptica distinta y tal vez mejor a la que seguramente hubiera escogido de ser más joven.

Cuando tenía 92 años este legendario artista todavía estaba muerto de las ganas por tener el sexto hijo con su esposa, quien para ese entonces ya había cumplido los 40. Lo mismo pensaron Luciano Pavarotti y Anthony Quinn, quienes se le midieron a la paternidad a los 68 y 81 años respectivamente.

La psiquiatra Victoria Pérez también coincide con que “a partir de los 60 años los padres tienen más calma y una mayor capacidad de análisis, lo cual puede ser un gran apoyo emocional para sus hijos”. Lo complicado, advierte, es que los niños estarán expuestos a que sus compañeros se burlen y digan que su papá parece su abuelo o a la desilusión de que no pueda estar en actividades con otros padres por quebrantos de salud o debido a que no disfruta de estos espacios por cuenta de la brecha generacional.

Además, “es una situación injusta para el menor, pues la expectativa de vida puede ser de ocho a 12 años, es decir, que se tendría un hijo con el gran riesgo de faltarle muy pronto”. Sin embargo, papás veteranos como el músico Eric Clapton, el líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, o el famoso director colombiano Pepe Sánchez, aunque han reconocido que la paternidad no es una labor sencilla y que se necesita estar preparado para los retos de la crianza, se sienten orgullosos de haberla asumido a una edad tardía.

Estos felices y agradecidos padres confiesan que así los expertos crean que su edad puede generar inconvenientes en la consolidación de la relación con sus hijos, lo que más anhelan es protegerlos, cuidarlos y guiarlos el tiempo que les quede. Además, están convencidos de que tienen una doble ventaja: los disfrutan como padres y como abuelos.

Cómo mejorar la relación con su hijo

 - Preocúpese por conocer y mantenerse actualizado en los temas que le interesan, especialmente los relacionados con el deporte y las nuevas tecnologías.

- No pierda la paciencia si tiene que presenciar alguna pataleta o berrinche.

- Comparta la mayor cantidad de tiempo posible con él, tanto en actividades que a usted le gusten como a las que al menor le llaman la atención.

- Cada vez que sienta que la situación se sale de control recurra al diálogo.

Por Mariana Suárez Rueda

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