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La historia de Lil Bub duró ocho años. Comenzó en 2011 cuando un hombre de Indiana (Estados Unidos) la encontró en el techo de una casa de su vecindario. Al tomarla, notó que era más pequeña que otros gatos y que tenía varias malformaciones: dedos extra y la lengua siempre afuera. Lil Bub nunca creció por un enanismo genético que tenía, pero se volvió grande en redes sociales.
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Las extremidades de Lil Bub eran más pequeñas en relación con su cuerpo y eso no le permitía moverse bien. En una nota en la revista People se describía cómo por cuenta de su mandíbula inferior más corta que la superior, la lengua siempre le colgaba de su boca; tampoco le crecieron todos los dientes.
Finalmente esta semana murió Lil Bub; lo hizo luego de luchar contra varios problemas de salud, entre otros sus huesos que eran atacados constantemente por infecciones.
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Esos defectos físicos la convirtieron en una estrella de las redes sociales, en donde recaudó más de 700 mil dólares para ayudar a animales abandonados y mascotas con necesidades especiales.
La conmovedora carta de su dueño
“No era un secreto que ella batallaba contra una persistente y agresiva infección a los huesos. Pero no esperábamos que muriera tan pronto”, señaló su dueño en Instagram en donde tenía más de 2 millones de seguidores.“Querida Bub, nunca olvidaré tu generosidad, tu ilimitada entrega de amor y extraña habilidad para traer magia y alegría al mundo. Me siento honrado y muy humilde de que me hayas elegido como tu cuidador. Por favor visítanos en nuestros sueños”, dice su dueño.
La imagen de Lil fue usada por vafrias marcas. Y protagonizó un documental llamado Lib Bub & Friendz, en el que aparecía con otros animales con condiciones especiales. Ese trabajo fue reconocido por el festival Online como el Mejor Largometraje. También era invitada frecuente a programas de televisión en Estados Unidos.
Pero Lil Bub también ayudó a la ciencia, tres jóvenes científicos secuenciaron su genoma.
“El domingo 1 de diciembre perdimos la fuerza más pura, amable y mágica de nuestro planeta. Bub estaba alegre y repleta de amor, acostada en nuestra cama con nosotros el sábado en la noche”, concluyó su dueño.