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Los agujeros negros son cuerpos celestes que tienen un campo gravitatorio tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar y cae en ellos. Estos cuerpos están rodeados por una frontera esférica llamada “horizonte de sucesos”, en la cual se puede entrar, pero nunca salir. Ese efecto es el que los hace lucir completamente negros.
Los astrónomos sostienen que los agujeros negros supermasivos se esconden en el centro de la mayoría de las galaxias y algunos de ellos tienen hasta 40.000 millones de veces la masa del Sol. Pero llegar a esos tamaños toma tiempo, porque deben tragar grandes cantidades de materia interestelar y fusionarse con otros grandes agujeros.
Este hallazgo desafía las hipótesis sobre el crecimiento de estos fenómenos y el tamaño de las galaxias y estrellas. “Basándonos en la investigación previa, este es el agujero negro más grande que hemos encontrado para ese período de tiempo”, dijo a Reuters el doctor Fuyan Bian, de la Escuela de Investigación de Astronomía y Astrofísica de la U. de Australia.
El agujero fue descubierto por un grupo internacional de científicos liderados por Xue-Bing Wu en la Universidad de Pekín, como parte del proyecto Sloan Digital Sky Survey. Por ahora, los científicos tratan de indagar si se trata de un fenómeno aislado o si en el universo existen más megagujeros de este tipo.
La semana pasada la revista británica publicó un artículo sobre uno de los descubrimientos que cambiarían algunas hipótesis sobre la expansión de las galaxias: el hallazgo de un gigantesco agujero negro cuya masa equivale a 12.000 millones de soles. Su tamaño es seis veces superior al resto de agujeros conocidos hasta ahora.