Glad Hancok y Tonny Cryer, dos americanos a quienes hace 20 años el curso de milagros les cambió la vida, recorren distintos lugares del mundo en los que han identificado un fuerte deseo y necesidad entre las personas de transformar su existencia. Su labor ha dado frutos, pues en tan sólo unos años ya han abierto varios centros en los que se enseña y practica esta técnica de meditación en Colombia, Venezuela, México, Perú, Argentina, Uruguay y por supuesto, su país natal, Estados Unidos.
Su mensaje está sustentado en un libro, similar en volumen y tamaño a la Biblia, en el que se explica la filosofía del curso de milagros que, en síntesis, busca ayudar a vencer los miedos a través del perdón y, de esta forma, no sólo alcanzar la paz interior sino comprender que más que cuerpos habitando la Tierra, los seres humanos somos mentes iluminadas capaces de vivir una existencia plena, alejada de los temores y el sufrimiento, tanto físico como espiritual.
Para ello, quienes practiquen este curso no sólo deben leer el texto completo, a veces en sesiones individuales y otras en encuentros grupales, sino realizar un ejercicio del libro de lecciones cada uno de los 365 días del año. Hancok explica que básicamente lo que se pretende es “que las personas aprendan a buscar un milagro en cada una de las situaciones difíciles y dolorosas que se les presentan”. Y Cryer, por su parte, asegura que desde que practica esta técnica de entrenamiento mental no sólo se siente más feliz y tranquilo, “sino que ya no envejezco ni tampoco me enfermo”.
En Colombia, desde hace algunos años funcionan sedes en Bogotá, Cali y Medellín e incluso algunos maestros capacitados en dictar el curso se han desplazado hasta la cárcel Distrital para compartir esta experiencia con los reclusos. El único requisito para ingresar a estos centros de estudio es estar dispuesto a realizar los ejercicios, a asistir a las reuniones en grupo y cumplir con las lecciones.
“Para nosotros se trata de una especie de currículo muy serio y queremos que la gente lo entienda de esta forma y asuma un compromiso para lograr el cambio que tanto desea”, advierte Hancok, quien por estos días, junto con Cryer, se encuentra en nuestro país para dictar una serie de talleres que invitan a observar y vivir el mundo de una manera distinta, que, según ambos maestros, “realmente nos permita ser felices”.