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Antes de ser notificada del fallo del Consejo de Estado que anuló su elección, la fiscal Viviane Morales renunció a su cargo y el ente investigador volvió a quedar en la interinidad. Por ahora asumirá el cargo el vicefiscal Wilson Martínez, quien apenas hace un mes llegó a la Vicefiscalía. Pero la designación de un fiscal general de la Nación en propiedad quedó sujeta a la presentación de una nueva terna por parte del presidente Santos y a que la Corte Suprema escoja entre los ternados.
Un verdadero laberinto jurídico con un enredo adicional: Si la sentencia del Consejo de Estado determina que el período del fiscal es institucional, eso quiere decir que la persona que resulte elegida para suceder a Viviane Morales sólo ejercería el cargo hasta el 31 de julio de 2013, es decir, no más de 16 meses. La consecuencia no sería otra que un permanente traumatismo en la justicia penal, con los efectos que esta situación conlleva para el desarrollo de los grandes procesos.
Una crisis institucional que, sin admitirla, resumió muy bien el presidente Juan Manuel Santos, quien al referirse a la renuncia de la fiscal Viviane Morales y exaltar sus condiciones en el ejercicio de su misión, precisó: “Vamos a proceder a darle posesión al vicefiscal, quien tomará ese cargo mientras se surten los procedimientos, que espero sean lo más rápidos posibles, para que no haya —como lo dije— un tiempo de interinidad, que eso afecta a la justicia”.
En otras palabras, el presidente Santos admitió que todavía el asunto depende de los trámites judiciales. En primer término, la decisión del Consejo de Estado se produjo el pasado martes 28 de febrero, pero aún no se conoce la sentencia y por tanto tampoco todos sus alcances. Además, la propia Viviane Morales, a pesar de que se les adelantó a todos, tampoco ha sido notificada de la nulidad de su elección. En derecho, el tema sigue tan enredado como en política.
El último capítulo lo agregó ayer al mediodía la dimitente fiscal Viviane Morales, quien en un acto público en la plazoleta del búnker de la Fiscalía, rodeada de funcionarios del ente investigador, curiosos y periodistas, formalizó su renuncia. Y lo hizo con un intervención en la que no dejó títere con cabeza, pero también aprovechó para hacer su propio recuento de lo que, en su criterio, le dejó a la Fiscalía General de la Nación en términos estadísticos y avances de los casos prioritarios de investigación judicial.
“Jamás engaveté procesos ni ejercí presión alguna sobre los fiscales o investigadores para que congelaran o eludieran investigaciones”, resaltó Viviane Morales, quien sostuvo que durante su gestión, en la Unidad Nacional de Derechos Humanos las imputaciones aumentaron en un 100% y que en la Unidad de Justicia y Paz se lograron condenas por más de 4.000 hechos delictivos, mucho más de lo logrado en los cinco años anteriores a la vigencia de la ley. “Se radicaron más de 400 solicitudes de imputación”, resaltó la saliente funcionaria.
Su intervención pública estuvo matizada por varias referencias bíblicas, empezando por un proverbio utilizado como preámbulo de su lectura. “Cuando se hace justicia, se alegra el justo y tiembla el malhechor”, resaltó Viviane Morales, quien más adelante recalcó que durante su gestión no hubo intocables y que aplicó el mandato bíblico que ordena “no hacer injusticia en el juicio, ni favorecimiento al pobre ni complacencia al grande”.
En la parte neurálgica de su intervención, la saliente fiscal sostuvo que su compromiso fue dar resultados en los grandes casos de corrupción y que en lo que a la Fiscalía respecta, Colombia debe saber que ya están hechas las imputaciones y que en las dilaciones o aplazamientos nada ha tenido que ver la Fiscalía. Y agregó en tono de reproche: “Aplazamientos que se conjugaron perfectamente en el tiempo con la escalada de ataques perversos e inhumanos de algunos periodistas o de algunos medios de comunicación, en el empeño desesperado por provocar mi renuncia”.
Luego añadió, en tono aún más combativo: “Ni Colombia creyó sus mentiras, ni yo cedí a sus presiones”. Más adelante insistió en que deja constancia histórica de que en la Fiscalía se han hecho las imputaciones por los más graves casos de corrupción y que los imputados están presos o están huyendo. “Quedan por delante los juicios”, persistió Viviane Morales, quien después de agradecer a sus funcionarios, indicó que ninguno de sus éxitos hoy los reconoce la opinión pública.
Enseguida, la abogada Morales Hoyos explicó con algunos ejemplos cuáles son las razones mayores que precipitaron su renuncia. Con la decisión tomada no podía actuar en algunos juicios, como por ejemplo el que debe iniciarse el próximo lunes contra el exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias por el caso de la malversación de dineros públicos en el programa Agro Ingreso Seguro (AIS). En este caso no podía actuar como fiscal, y mucho menos después de la nulidad de su elección en la Corte Suprema.
Y añadió al respecto: “El poder de mis contrincantes y la perversidad de sus aliados en algunos medios de comunicación exigen un fiscal en ejercicio pleno de sus atribuciones. La decisión del Consejo de Estado provoca inevitablemente el debilitamiento institucional de mi tarea”. Esa es, en el fondo, la razón esencial de la renuncia. A pesar de los recursos para controvertir la medida, quedó sin fortaleza jurídica la presencia de Viviane Morales al frente del ente investigador y los delicados expedientes.
Al final de su declaración hizo una referencia a su esposo Carlos Alonso Lucio. A él le dio las gracias por acompañarla espiritualmente en las tormentas de los últimos días y por no haber levantado su voz “frente a la inmisericorde cantidad de ataques bajos, infames y calumniadores”. Luego puntualizó con referencia bíblica: “dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persigue y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo”.
Más allá de sus comentarios, no cabe duda de que uno de los temas que más pesaron en el huracán político que precipitó la decisión judicial en el Consejo de Estado fue Carlos Alonso Lucio. Cabe recordar la reciente intervención del evadido excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, quien pidió investigar a Lucio en su calidad de asesor de los grupos paramilitares durante el accidentado proceso de paz entre el gobierno Uribe y las autodefensas. El tema Lucio contaminó más de la cuenta el intrincado escenario judicial y político.
Durante la gestión de la fiscal Viviane Morales tomaron forma importantes investigaciones, como los nuevos avances en la parapolítica, el expediente de Agro Ingreso Seguro, las chuzadas del DAS o las falsas desmovilizaciones, todos episodios asociados a exfuncionarios o aliados políticos del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Además, se encaminó el proceso denominado del carrusel de la contratación en Bogotá, que hoy tiene detenido al exalcalde Samuel Moreno, así como a los controvertidos empresarios y contratistas Guido, Manuel y Miguel Nule.
La abrupta salida de la fiscal Viviane Morales, de alguna manera también está asociada a la dura confrontación que quedó entre el gobierno Uribe y la Corte Suprema de Justicia. Su postulación a la titularidad del ente investigador surgió después de una interinidad de año y medio en la Fiscalía, entonces a cargo de Guillermo Mendoza Diago, luego de que la Corte Suprema de Justicia objetara o no se pusiera de acuerdo para escoger a los candidatos que en su momento postuló el entonces presidente Álvaro Uribe.
La fiscal Viviane Morales resultó electa en la sesión del 23 de noviembre de 2010, tras una modificación del reglamento que le permitió acceder a una mayoría que el Consejo de Estado consideró ilegal. Hoy, las consecuencias de todo este galimatías jurídico, con inocultables matices políticos, tiene de nuevo al país sin fiscal general de la Nación en propiedad y a los poderes públicos pulsando en la trasescena para saber cómo superar la crisis institucional que aún se cierne alrededor de una sociedad polarizada por las pasiones políticas de los últimos tiempos.
¿El Partido Liberal al ‘rescate’?
“Más temprano que tarde el país sabrá que perdió una gran fiscal. Qué pena para la justicia de Colombia”, fue el mensaje que envió ayer el expresidente Ernesto Samper a través de Twitter. El exmandatario liberal ha sido visto como una persona cercana a la hoy exfiscal y ayer mismo, una vez conocida su renuncia, en la colectividad roja comenzaron a escucharse voces para salir “al rescate” de Viviane Morales.
“Es la moral del país”, dijo el senador Guillermo García Realpe, quien cree que el liberalismo debe contar con ella hacia futuro, pensando en las elecciones para Congreso de 2014. El también senador Honorio Galvis recordó que Morales está alejada de la arena política desde hace rato y cree que se tomará un buen tiempo para pensar en regresar a esta actividad. Incluso, hay quienes rumoran que su futuro está en una embajada.