
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El protagonismo que ha tenido la pandemia del COVID-19 desde inicios de año en el mundo ha permeado con facilidad todas las esferas de la vida, alternando las rutinas en las personas y cambiando de manera drástica las prioridades de los gobiernos, las economías, los negocios y, desde luego, la ciencia.
Para hablar de este último aspecto, tres profesores de la Universidad de La Salle: Álex Pérez, líder del proyecto de Unidad de Aislamiento Epidemiológico Portátil; Efraín Benavides, líder del grupo de Investigación, Epidemiología y Salud Pública, y Jhon Érik Rivera, director del Laboratorio Instrumental de Alta Complejidad (LIAC) hablaron sobre: ¿Cómo la ciencia y la investigación están ayudando en el manejo de la pandemia en Colombia?
¿Cómo están describiendo los epidemiólogos el COVID-19?
Efraín Benavides: existen los llamados modelos de simulación epidemiológica, que utilizan métodos matemáticos para analizar el avance de la pandemia en las poblaciones, en nuestro caso con este proyecto financiado por el Minciencias hemos contratado a un físico y a una epidemióloga veterinaria, y con ellos estamos utilizando estos modelos que tienen básicamente los mismos principios en todos los grupos de investigación.
¿En qué consiste el apoyo que vienen brindando, desde la Universidad de La Salle, al Instituto Nacional de Salud y a la Secretaría Distrital de Salud?
Érick Rivera: a la fecha hemos realizado el procesamiento de alrededor de 4 mil pruebas desde que arrancamos en el mes de agosto. Desde el LIAC también hemos estado ayudado a otros laboratorios para que puedan habilitarse, y eso también lo hicimos con la Universidad Nacional. Hoy día estamos haciendo unas 300 muestras semanales considerando que no hemos parado de ofrecer otros servicios en el Laboratorio.
¿Qué es la Unidad de Aislamiento Epidemiológico Portátil?
Álex Pérez: es una iniciativa del laboratorio Lasallista para la construcción del hábitat colombiano. Se trata de una estructura neumática de emergencia, conformada por domos geodésicos de frecuencia, con un diámetro de 5 metros y sus túneles de circulación.
Es una estructura de nueve burbujas, construidas de materiales flexibles, que están conectadas por un túnel que permite albergar dos pacientes en cada una garantizando su aislamiento del ambiente exterior, donde se puede contener el virus y vigilar la evolución del paciente en condiciones de asepsias que ponen en riesgo su entorno.
¿Cuál es el trabajo que vienen haciendo, ante la actual coyuntura, en la ruralidad colombiana?
Efraín Benavides: nuestro proyecto fue planteado para estudiar la perspectiva de la ruralidad desde las comunidades productoras de alimentos. Es importante destacar que estas comunidades continuaron en nuestros territorios, y con pandemia las vacas siguieron produciendo leche y terneros, y a pesar de las medidas restrictivas era necesario que alguien atendiera estas situaciones. Para nosotros ellos son unos héroes.
La pandemia evoluciona de manera diferente en estos lugares. El proyecto plantea cinco estudios de casos que incluyen a los departamentos de Caquetá, Boyacá, Sucre y Santander, y Sabana de Bogotá Centro. Nuestro modelo examina tanto la perspectiva de las ciudades como de los territorios, y eso nos ha implicado hacer unos cambios en el modelo de simulación. En el sector rural no existe ese nivel de transmisibilidad que está en el urbano.
La llegada de la vacuna tendrá una serie de dificultades en el transporte hacia las zonas rurales. ¿Cómo será ese proceso?
Efraín Benavides: nuestro proyecto tiene un componente de estudio serológico, vamos a hacerlo en las cinco comunidades de estudio de caso, el cual tiene como criterio que las personas estén vinculadas al sistema de producción, bien sea desde la cadena de insumos, producción primaria o procesamiento.
Lo que estamos aprendiendo es que la pandemia se comporta de manera diferente en las ciudades y en las zonas rurales. Por ejemplo, el 60 % de los pobladores en Leticia ya tienen anticuerpos contra el virus, vimos que allá la banda epidémica pasó muy rápido.
Estamos trabajando en la prueba serológica propia que nosotros llamamos “prueba país”, y con esos procesos estamos corriendo porque requieren validación, pero es un producto que le queda a la comunidad científica nacional.
¿En qué consiste esa “prueba país”?
Érick Rivera: estamos trabajando en producir la proteína de nucleocáspide, una proteína que está presente en el virus del COVID-19. Entre las ventajas está que se produce casi que en cantidades ilimitadas en bacterias, es muy barata producirla y no exige tantos equipos.
En este momento debemos enfocarnos en la priorización de pruebas, porque aunque tengamos dónde mantener esas vacunas, no es posible producir vacunas para toda la población, saber a quién aplicarla exige estudios epidemiológicos.