El Grant Park de Chicago fue escenario durante cuatro días de la vigesimoquinta edición del Lollapalooza. En casa, la magna creación de Perry Farrell, vocalista de Jane's Addiction, celebró una edición más del certamen, que a Colombia no pudo aterrizar por la cancelación a última hora del artista que estaba programado como headliner. Como es costumbre, el festival estuvo lleno de color, baile, fraternidad y la presencia de varias celebridades, que no quisieron perderse las “bodas de plata” del circuito de festivales de música más importante del mundo.
Tan es así que la familia Obama no asistió completa al pabellón Wells Fargo Center, en Filadelfia (EE.UU.), donde se celebró la Convención Nacional Demócrata que nominó oficialmente a Hillary Clinton como candidata de la colectividad a la presidencia. El presidente Barack Obama asistió con su esposa Michelle y la hija menor del hogar, Natasha. Malia, la primera hija de los Obama, cumplió este año su mayoría de edad, y aprovechó el Lollapalooza para celebrar por lo alto su nueva etapa de vida.
A Malia se le vio feliz y acompañada de varias amigas y un fuerte esquema de seguridad en la zona VIP del evento. Sin embargo, la imagen que se robó las miradas de todos los asistentes se dio durante el último día del festival, en la presentación del rapero Bryson Tiller. El contagioso show en vivo de Tiller, lleno de trip hop, rhythm and blues y rap, puso a bailar a Malia, quien inmediatamente fue captada por varios asistentes al escenario Petrillo Bandshell, uno de los ocho que tiene el festival.
Malia presumió de sus sensuales movimientos de "twerking" y aprovechó, ante la mirada atónita de los asistentes al festival, los meses que le restan del año sabático que se tomará antes de ingresar a la Universidad de Harvard.
Por Redacción Actualidad
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