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El hotel más RarO del mundo

Un sitio en el que se puede dormir en el aire, en ataúdes o en una habitación que da la sensación de estar en un caleidoscopio.

Redacción Vivir
23 de julio de 2008 - 09:51 p. m.

En Berlín, en la calle Albrecht Achilles, está ubicado The Propeller Island City Lodge un lugar que se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos por cuenta de sus excéntricas y minimalísticas habitaciones. Se puede escoger entre diversas opciones como, por ejemplo, dormir sobre palos de madera, en medio de espejos o en un cuarto en el que los muebles cuelgan del techo mientras la cama reposa en el piso.

El hotel cuenta con 30 habitaciones, cada una de ellas hecha para cubrir los gustos más diversos y exigentes. Se puede escoger desde revivir la fantasía en la Habitación Castillo, pasando por la comodidad y relajación de la Habitación Naranja, por la curiosidad de dormir en una celda en la Habitación Libertad, hasta el desafío de dormir en un cuarto en el que el piso está inclinado y da la sensación de estar volando.

Los muebles y los elementos de cada una de las habitaciones no se quedan atrás en cuanto a la originalidad, pues están hechos manualmente, al punto de que no se encuentra uno igual en ninguna parte del planeta. Por eso, no sería raro designar a este hotel como un museo de cosas raras y únicas.

Su creador, el alemán Lars Stroschen, materializó sus distintas inquietudes artísticas (música, pintura, diseño y fotografía) en la construcción de ésta, su mayor y más conocida obra de arte. Tanto así, que esta gran instalación está equipada con un sistema de sonido por medio del cual se puede experimentar la música y los ruidos de las esculturas que están compuestos, especialmente, para ambientar el lugar.

Para apartar un cuarto, es necesario haber elegido con anticipación aquel que se ajuste a su medida. Por eso, antes de decidir, es bueno que se miren las fotos de las habitaciones que están en la web y se escojan tres de ellas (en caso de que alguna ya esté reservada).

Los precios oscilan entre los 99 y los 115 euros por persona (la noche) y se cobran 15 euros adicionales por acompañante. Además, se les solicita a los futuros huéspedes que cuiden mucho las habitaciones, porque los materiales son muy delicados y se pueden estropear fácilmente. Es el riesgo que hay que tomar para poder disfrutar de esta pieza de arte.

Por Redacción Vivir

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