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El médico de Harvard que vela por la salud de los aborígenes en Australia

Un voluntariado que duraba dos semanas terminó siendo el proyecto de vida de este hombre que hoy es el "héroe" de un pequeño pueblo de 4.000 habitantes en el norte del país.

EFE
13 de abril de 2016 - 04:41 p. m.
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 El médico español Lucas de Toca apostó por instalarse en la remota localidad australiana de Nhulunbuy para velar por la salud de los aborígenes a pesar de otras puertas abiertas por su máster en la Universidad de Harvard (EEUU).

El experto en salud pública, graduado con honores en la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Harvard, trabaja desde 2013 como jefe de la Oficina de Salud Miwatj en Nhulunbuy, un pequeño pueblo de 4.000 habitantes en el norte del país.

El centro sanitario ofrece asistencia a todo el distrito de East Arnhem Land, que tiene una población de 16.000 personas, en su mayoría de la minoría aborigen yolngu.

En entrevista con Efe, este madrileño de 28 años relató que llegó a la localidad para hacer un voluntariado vinculado a la gestión de la salud pública que iba a durar dos semanas, pero después se fue quedando hasta que se presentó 1para la plaza que ahora ocupa.

"Tenía un interés claro en salud aborigen y en temas de equidad en el acceso a la salud, y es que de eso de trata la salud pública", dijo De Toca al hablar de las motivaciones que lo llevaron hasta esa remota localidad.

A Nhulumbuy, en donde el contacto entre los yolngu y los blancos ocurrió hace menos de un siglo a raíz de la minería, se accede desde la ciudad de Darwin, situada al oeste de la aldea, por vía fluvial, aérea o vía terrestre, tras recorrer más de mil de kilómetros con permisos especiales y solamente durante la temporada seca.

"El supermercado se abastece una vez por semana por barcazas desde Darwin y el lugar plantea un estilo de vida distinto pero bastante interesante por los paisajes naturales y la fuerte cultura e identidad de los aborígenes", explico De Toca.

El pequeño poblado, situado a 20 kilómetros de la comunidad de Yirrkala, famosa por su arte aborigen, tiene playas paradisíacas de arena blanca y paisajes salvajes, aunque merodean todo el año los temibles cocodrilos de estuario y también acechan en el agua medusas letales.

Lo más valioso para De Toca es su gente, la cultura y la historia del pueblo yolngu, que habita esa zona desde hace 50.000 años y que impulsó las primeras iniciativas en 1963 ante el Parlamento australiano para el reconocimiento a su derecho sobre la tierra.

El español explicó la importancia de la tierra para los yolngu, que en su idioma se dice "wänga", que también significa "hogar, pertenencia, identidad", lo que expresa la importancia del territorio en su cultura.

De Toca ya habla algo de la lengua local y ha aprendido las distintas maneras de relacionarse entre ellos, pero reconoce que aún le queda mucho por aprender.

"Después de unas semanas de voluntariado me creía un experto (...), pero mientras más escarbo me doy cuenta que sé menos de lo que sabía al principio", afirmó.

En Nhulumbuy, De Toca también ha sido testigo "una situación de desigualdad y de segregación" que no ha visto "tan claramente delineadas en otras partes de Australia y el mundo".

El médico también reflexionó sobre los paralelismos entre la situación de los aborígenes australianos y la situación de los gitanos en España e incluso de las comunidades indígenas en Latinoamérica.

Confesó la dificultad de comparar las situaciones y reflexionar sobre el papel de los españoles en la conquista de Latinoamérica y "el tratamiento en España de las poblaciones romaníes o gitanas".

Desde la colonización británica y durante la época de la Australia moderna, los indígenas fueron discriminados, e incluso en pleno siglo XX sus hijos fueron entregados durante décadas a familias o instituciones de blancos.

Actualmente los indígenas, que representan el 3 % de una población de más de 22 millones, viven en su mayoría sumidos en la pobreza, en zonas remotas o pobres y con unos ingresos por hogar que apenas alcanzan el 62 % de la media nacional.

Por EFE

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