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Luego de pasar cinco años en un parque nacional de Australia y estudiar más de 600 canguros, la bióloga Wendy King y sus colegas de la Universidad Bishop de Quebec descubrieron que estos animales suelen adoptar crías de otros adultos.
Durante el trabajo de campo, como lo señala el periodista Karl Zimmer en National Geographic, los biólogos marcaban cada cría para su posterior identificación. Para su sorpresa, después de un tiempo comenzaron a notar que algunos de los canguros juveniles eran trasportados en la bolsa de otras madres. En pocas palabras, estaban ante un fenómeno de adopción animal.
La adopción es un fenómeno que ha sido registrado en al menos 120 especies de mamíferos. Zimmer explica en su artículo que los científicos saben de tiempo atrás que si un canguro juvenil es puesto en la bolsa de una hembra distinta a su madre, esta suele protegerlo. Pero lo que King y su equipo demostraron con el trabajo publicado en la revista Plos One, es que se trata de un fenómeno voluntario.
En su estudio, los biólogos registraron 11 adopciones entre los 326 canguros juveniles que identificaron. “A lo largo de los años, los investigadores han propuesto diferentes explicaciones para la adopción”, escribió Zimmer, “algunos sugieren que los mamíferos adoptan crías de parientes porque son genéticamente similares”. Al hacerlo, dice esta hipótesis, los padres aseguran que sus genes pasen en la siguiente generación.
Otra explicación sugiere que lo hacen porque es una acción que beneficia a todo el grupo. Y una tercera explicación plantea que lo hacen como un “aprendizaje” para afrontar más adelante la crianza de los propios descendientes.
Al final de cuentas, explica Zimmer, las tres hipótesis tienen en común algo: adoptar ofrece beneficios evolutivos.
El estudio de King sin embargo ofrece algunas pistas para resolver el misterio. Al menos entre los canguros. Un detalle que observaron los biólogos en Australia es que las madres adoptan canguros que no hacen parte de su linaje. Esto descarta la hipótesis relacionada con el parentesco. Los científicos también descartaron la tercera hipótesis, la que sugiere que lo hacen para desarrollar habilidades de crianza. En su estudio, sólo una entre 11 madres canguro adoptaron sin tener hijos previos.
Finalmente, King y sus colegas creen que el proceso de adopción entre canguros no se debe a una característica social que nació con la evolución sino a una razón más sencilla: las madres no son tan buenas reconociendo a sus propias crías. Usualmente, explicaron, las madres se guían por el olor de su cría para aceptar que entre o no en su bolsa. Pero en situaciones de peligro, cuando algún depredador se acerca, no hay tiempo para ese examen y suelen tomar el que esté cerca. Esto explicaría el alto número de aparentes adopciones.
http://phenomena.nationalgeographic.com/2015/05/27/the-mystery-of-kangaroo-adoptions/?utm_source=Twitter&utm_medium=Social&utm_content=link_tw20150601ph-kangadopts&utm_campaign=Content&sf9629325=1