
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Nuestra compleja realidad social caracterizada por la pobreza y la inequidad, agravada por los efectos de la pandemia, además del entorno de corrupción política e inseguridad, ha modulado un escenario de gran complejidad que amerita un compromiso y esfuerzo de toda la sociedad para salir adelante.
Sin duda, un sector fundamental e imprescindible para lograrlo es la educación superior, a través de su capacidad educadora, investigadora, innovadora y de su relación e impacto en los sectores productivo, gubernamental y social. Es imposible asumir y cumplir a cabalidad esta responsabilidad si cada universidad rema por su lado. Se necesita construir espacios colaborativos que promuevan sinergias y complementariedades. Sin duda, el fortalecimiento de la articulación del sistema nacional de educación superior es una necesidad imperiosa para pretender lograr la transformación social que el país exige.
Son sumamente motivadoras las experiencias históricas como ASCUN, que nació como respuesta a la lucha por la autonomía universitaria; el SUE, creado por la Ley 30, como medio para consolidar la educación superior pública, y Asiesca, la primera red regional, creada en 1989, con el objetivo de articular las universidades del Caribe.
En este sentido, las redes universitarias constituyen un medio idóneo para promover y consolidar la gestión formativa, la investigación científica, los desarrollos tecnológicos, la cobertura, la calidad y el impacto transformador de su entorno, entre otros.
Es necesario también resaltar, como buen ejemplo integrador, la Red Nexus, constituida desde 2015 por nueve instituciones de educación superior: Universidad Simón Bolívar, Universidad de la Costa, Universidad de Boyacá, Universidad de Santander, Universidad del Sinú, Universidad Santiago de Cali, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Universidad de Manizales y Fundación Universitaria Los Libertadores.
Esta red se ha convertido en un espacio de encuentro entre universidades regionales donde se han construido sinergias que fortalecen el rol de cada una en sus regiones, compartiendo experiencias, promoviendo relaciones con otras instituciones y redes nacionales e internacionales, articulando grupos de investigación para la ejecución de proyectos y generando oportunidades de avance en lo pedagógico, tecnológico e innovación educativa que fortalezcan los procesos formativos en pro de la calidad de sus egresados.
Esta red ha logrado consolidar horizontes sinérgicos entre sus grupos de investigación para atender necesidades regionales y nacionales en temas como salud, competencias científicas en niños, innovación social y transferencia del conocimiento, entre otros.
En su informe mundial de 2005, la Unesco definió las sociedades del conocimiento como “sociedades en redes que propician necesariamente una mejor toma de conciencia de los problemas mundiales. Los perjuicios causados al medio ambiente, los riesgos tecnológicos, las crisis económicas y la pobreza son elementos que se pueden tratar mejor mediante la cooperación internacional y la colaboración científica”.
La universidad colombiana tiene una profunda responsabilidad social inherente a sus funciones misionales; por ello, está obligada a asumir el liderazgo y protagonismo en el desarrollo social, económico y cultural del país y, sin duda, el mejor camino es la acción mancomunada y solidaria.
*Rector de la Universidad Simón Bolívar.