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El papa Francisco tiene claro que una de las actitudes que más afectan a las redes sociales es el discurso de odio que se ha intensificado durante los últimos años, especialmente durante periodos electorales. El Pontífice afirmó que, además de “las malas palabras, los chismes y los rumores”, se debe ser amable en línea.
En teoría el consejo es apropiado y de hecho se suma al de numerosas figuras políticas y culturales que se han dedicado a predicar el mismo mensaje. Sin embargo, el problema es que en los últimos tiempos el fenómeno ha sido imposible de controlar. Últimamente palabras como bots o “troles”, es decir, cuentas programadas para publicar ciertos mensajes y personas dedicadas difundir el odio en la red, se han normalizado en entornos digitales y casi siempre aparecen cuando hay algún escándalo mediático o político o incluso un tiroteo.
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El trol o el bot de hoy en día es un arma no solo para ser popular o conocido, sino para ganar poder e influir en la política. Casos hay de sobra. Después de que explotara el escándalo de Cambridge Analytica en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, en los que quedó evidenciado el uso de cuentas falsas para tocar ciertos sentimientos de la sociedad y así manipular su decisión en las urnas, se ha revelado que la empresa intervino de manera directa en procesos electorales de todo el mundo.
El Papa Francisco, quien estaba evidentemente resfriado el miércoles, canceló este jueves su presencia en una misa por una "ligera indisposición", indicó la Santa Sede. "Debido a una ligera indisposición, prefirió quedarse cerca a la residencia Santa Marta donde se aloja en el Vaticano", aseguró el director de la sala de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en un comunicado.
Las otras actividades de la jornada fueron confirmadas, precisó la misma fuente. El pontífice argentino, que tiene problemas para caminar por molestias en la cadera, rara vez cancela una cita de su apretada agenda.
En la tarde, participó en la tradicional procesión de los miércoles de Ceniza en la basílica de Santa Sabina en Roma y cumplió el rito de la imposición de la cruz de ceniza en la frente, gesto que marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de oración y de reflexión para los católicos.