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Tal vez usted recuerde que cuando nos llegó la pandemia y en el país se alertó por la necesidad de ventiladores mecánicos para atender a los pacientes afectados por el nuevo coronavirus. Se empezó a desarrollar software para medir, por ejemplo, la ocupación de ciertos espacios tratando de controlar el aforo o, incluso, los más avanzados lo hicieron con la temperatura de las personas con tan solo pasar por enfrente de una cámara.
También fue necesario el procesamiento de información, de datos, a una mayor velocidad pues con ella se estaban tomando decisiones de salud pública muy rápidas. Se crearon herramientas que ayudaban a la desinfección de superficies y alimentos, también soluciones para combatir el sedentarismo después de que nos obligaran, por salud, a trabajar en casa.
Con la impresión 3D se diseñaron elementos de bioseguridad, se crearon también soluciones para la automatización agrícola a pequeña escala para el autoconsumo, se estructuraron procedimientos de rehabilitación de pacientes poscovid y hasta se desarrollaron sistemas de generación de energía.
Por eso en este pódcast de El Espectador conversamos con Diana Fajardo, la directora del Programa de Bioingeniería de la Universidad El Bosque, quien como ingeniera electrónica y docente de Programación sobre Bioinstrumentación con LabVIEW y en la electiva profesional Energías Renovables nos responde, precisamente, cuál fue el papel de los bioingenieros durante la pandemia y por qué esa profesión se empezó a visibilizar ante la urgencia que nos cambió el mundo.
Escuche la conversación aquí:
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