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Un millón de dólares fue lo que perdió un religioso suizo, adicto al juego. El sacerdote les pidió dinero a varios de sus feligreses, según les dijo, para ayudar a la gente de África.
Pero detrás de tan loables intenciones, estaba la intención del cura de hacer apuestas. Según un reporte de la Deutsche Welle, no era la primera vez que el sacerdote caía en el mundo de las apuestas.
El religioso ya había sido diagnosticado como adicto al juego, pero la diócesis de Chur (Coira, Suiza), que estaba al tanto de los problemas ludópatas de su representante, pensó que esto no sería un problema y no advirtió a la comunidad de la ciudad.
Por eso durante mucho tiempo le entregaron dinero para diferentes obras para la parroquia y otras iniciativas sociales. Cuando fue descubierto por las autoridades, el sacerdote fue obligado a renunciar. Sin embargo, no quiso someterse a ninguna terapia.
Desde ese destino ofreció excusas a su parroquia y prometió someterse a un tratamiento para su adicción al juego. Los fieles de su Iglesia evalúan si demandar o no, pero otros en una muestra de misericordia, firmaron una petición que decía: “Queremos a nuestro sacerdote de vuelta”, según reportó la Deutsche Welle.