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“De manera reiterada, el Eln ha planteado al país y al Gobierno su disposición a buscar espacios de solución política, porque seguimos convencidos de que por esta vía se pueden discutir los motivos que nos llevaron al alzamiento en armas y establecer acuerdos duraderos sobre cambios sustanciales de la realidad política, económica y social de Colombia, así el país se ahorra los costosos esfuerzos del enfrentamiento armado”, quedó consignado en la carta con fecha de febrero.
Sobre la misiva, la exsenadora Piedad Córdoba, facilitadora para las recientes liberaciones de dos políticos y cuatro miembros de la Fuerza Pública por parte de las Farc —manifestó en rueda de prensa efectuada antes de su viaje a Cali para cumplir la última etapa de la misión humanitaria—, que “nos anima continuar nuestra labor la decisión del Eln de producir gestos humanitarios para avanzar en la construcción de la paz”.
El Eln reveló que con motivo de la reciente temporada invernal, que dejó cerca de tres millones de personas damnificadas, le expresó al gobierno del presidente Santos su disposición de “acordar un cese al fuego y las hostilidades de manera bilateral, para darle así prioridad a la atención de las víctimas”. Sin embargo, dice Gabino, la propuesta no fue acogida por el Ejecutivo.
El líder guerrillero le hace una invitación a la Iglesia católica para que desempeñe un “papel importante” en los propósitos de buscar una negociación y plantea intercambiar ideas al respecto. “Este pueblo espera que la Iglesia se coloque del lado de las víctimas, para construir entre todos una salida política al conflicto interno, ello requiere escuchar sus angustias y perspectivas de futuro, donde brilla la exigencia de la verdad, pues sin ella no habrá justicia ni reparación”, señala la carta.
Paralelo a la carta de Gabino, en la página de internet de Anncol —que difunde mensajes de las Farc— se conoció un artículo en el que aparentemente ese grupo guerrillero señala que la solución política al conflicto es posible, pero al mismo tiempo invita a seguir la lucha armada y descarta que las recientes liberaciones sean “el comienzo de un diálogo”.