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La Opera di Santa Maria del Fiore, que gestiona los monumentos asociados a la catedral de Florencia, como el Baptisterio o el campanario de Giotto, reparte gratuitamente a los visitantes un pequeño dispositivo de apenas siete centímetros de longitud, que se lleva colgado del cuello con una cinta, el cual vibra y se ilumina al rebasarse la distancia mínima.
Según la Agencia EFE, con esta medida inédita, la catedral pretende garantizar “la seguridad y una óptima calidad de visita” después de que el pasado 18 de mayo reabriera sus puertas, tras más de dos meses de cierre.
Además de los museos y monumentos, Italia adelantó su desescalada con la reapertura de restaurantes, comercios y peluquerías, además de permitir el libre movimiento dentro de los límites de la región y la reunión con familiares y amigos sin necesidad de justificación.