Esta mujer, con aspecto de ama de casa apacible, podría pasar desapercibida en cualquier sitio público. Como no es famosa, puede tomarse la libertad de salir algún día a comer con sus hijos o darse una vuelta por un centro comercial. No lo hace con frecuencia, claro, por prudencia y por falta de tiempo.
Así es: por raro que parezca, Colombia, con sus violencias y cruentas confrontaciones, se ha dado el lujo de tener por primera vez en uno de los puestos de mayor responsabilidad judicial a una representante del sexo supuestamente débil, a quien le encargaron dirigir un ejército de 6.500 investigadores. En esa condición, Marilú Méndez, directora del Cuerpo Técnico de Investigación, ha tenido que liderar en persona, pese a que es más gerente que oficial de campo, operativos espeluznantes, como la exhumación de cuerpos de las fosas comunes. O peligrosos, como la captura de La Gata. O emocionantes, como la ubicación de Emmanuel.
Se graduó en Derecho y se especializó en ciencias penales y criminológicas. Empezó su carrera hace 20 años y ha hecho camino en el CTI desde el primer peldaño hasta llegar al más alto, cuando fue llamada por el fiscal Iguarán para que ocupara la silla de la Dirección Nacional.
No obstante, ella no ha perdido la cabeza. Conoce los mayores secretos de Estado, pero no se pavonea, ni tampoco porque le habla al oído al Fiscal, quien la considera un importante apoyo en el círculo número uno de sus funcionarios. Tal vez por eso se ha ganado rivales que no tuvieron problema en ponerle la zancadilla que casi la tumba. Una grabación de una conversación suya con un informante del CTI fue entregada a una revista para su publicación. Los interrogantes que quedaron por el intercambio de frases la pusieron al borde del despido. Pero el Fiscal confió en ella, probablemente porque percibió de qué se trataba.
Méndez, amable pero medida en sus respuestas, habla de ese miniescándalo, de las capturas de los parapolíticos y de las pesquisas para llegar a Emmanuel, su mayor satisfacción.
Cecilia Orozco. ¿Es difícil capturar a los congresistas por tratarse de personajes políticos?
Marilú Méndez. El CTI es la policía judicial de la Fiscalía y recibe órdenes de fiscales, jueces y magistrados. Ellos toman las decisiones y nosotros las cumplimos. Como hacemos nuestro trabajo de manera respetuosa, no hemos tenido ninguna dificultad, pues los capturados son personas de un nivel cultural que les permite comprender el proceso que se adelanta.
C.O. ¿Por qué entonces se les ha capturado en circunstancias a veces humillantes para su posición social, por ejemplo, en un centro comercial o en un restaurante?
M.M. Las autoridades judiciales exigen un resultado inmediato, porque se presentan filtraciones u otro tipo de situaciones derivadas de las mismas. No queremos hacer sentir mal a nadie, sino cumplir una orden. Ninguno puede decir que hemos tumbado la puerta para capturarlo.
Por venganza
C.O. ¿Usted también cree, como otros altos funcionarios, que el Estado tiene la potestad de interceptar sin orden judicial las comunicaciones de los ciudadanos?
M.M. En cuanto a la Fiscalía compete, las interceptaciones no se pueden realizar sin orden judicial. Hay un programador en el búnker manejado por la Dirección de Fiscalías y desde allí se ordena la interceptación sólo después de que haya ingresado la petición de un juez.
C.O. No me refiero a las que cumplen el trámite, sino a las ilegales.
M.M.- Cuando se hace una interceptación, queda un global de información, pero sólo se traslada al proceso la parte que interesa a la investigación. El resto debe destruirse. Pero usted se refiere en concreto a los sistemas de "escaneo" para obtener información del espectro electromagnético. Esa es una tarea de inteligencia que no debe ser usada en contra de nadie, porque su único propósito es buscar indicios que ayuden a esclarecer un hecho o a prevenir un delito.
C.O. ¿Por qué ha habido una ola de grabaciones filtradas a la prensa?
M.M.- Estoy convencida de que cuando se filtran grabaciones por fuera del marco legal, siempre el motivo que mueve es el de causar daño a una persona o a una investigación. Una grabación que se filtra no sirve ni siquiera como ilustración en un proceso judicial. Si la pretensión de quien hace la filtración fuera aclarar un hecho, la tramitaría dentro de la investigación judicial y conservaría la reserva. Por lo demás, una conversación aislada genera confusión y hace que se llegue fácilmente a conclusiones falsas.
C.O.- Precisamente un medio publicó la grabación de una conversación suya con un informante y sugirió algo ilegal en su comportamiento.
M.M.- Lo dicho: el único propósito que tenía la filtración de esa conversación era producir daño, en este caso a mí. Si hubieran querido denunciarme, habrían entregado la grabación a la autoridad correspondiente. De otro lado, si se hubiera publicado la secuencia completa de la cinta, todo habría quedado claro, pero como entregaron una sola parte y me sacaron de contexto, generaron una gran duda que pude desvirtuar.
C.O.- Usted debe tener muchos enemigos. ¿Uno de ellos entregó la grabación?
M.M.- No creo.
C.O.- Pero hace unos meses hubo confrontación interna en la Fiscalía, y se dijo que los organismos internacionales de cooperación estaban inquietos por eso.
M.M.- Los organismos internacionales están integrados en Colombia por agentes altamente calificados, quienes también poseen información clasificada que les permite hacer una lectura correcta de los hechos. Lo que le puedo decir es que desde que llegué a la Dirección Nacional del CTI, ellos nos han apoyado. Y nos han hecho crecer científicamente para enfrentar el nuevo sistema penal acusatorio.
C.O.- Le insisto: sus enemigos no parecen estar entre los delincuentes, sino entre sus compañeras, varias de las cuales se han ido en medio de escándalos.
M.M.- No he tenido diferencias personales con nadie aquí. Estoy centrada en cumplir mi trabajo y tengo mucho compromiso con el Fiscal. Si han existido diferencias, las declaro canceladas.
Fotomontaje de Emmanuel
C.O.- Mucho se ha dicho sobre el hallazgo de Emmanuel. Pero ¿cuál fue el momento clave para iniciar el operativo de búsqueda?
M.M.- Fue el 28 de diciembre, cuando se recibieron llamadas anónimas en la línea 147 del Gaula Rural. La persona que llamó, dijo que las Farc no tenían al niño y dio datos muy concretos que corroboraban información que nos había entregado Inteligencia militar. Así que cuando hicieron las llamadas ya teníamos un perfil aproximado de Emmanuel.
C.O.- Y ¿Cuál fue el dato clave?
M.M.-. El informante anónimo dio dos datos claves: el primero, que el niño estaba en poder del Estado. Y el segundo, que el punto de partida de la investigación debía ser San José del Guaviare.
C.O.- ¿El informante era de la guerrilla?
M.M.- Rastreamos la llamada y salió de un teléfono público. Creemos que la persona que la hizo tenía información desde su mismo origen.
C.O.- ¿Cuándo tuvieron indicios fuertes sobre la ubicación e identidad de Emmanuel?
M.M.- En cuanto recibieron la llamada, los hombres del Gaula se comunicaron con el fiscal que estaba de turno; él nos comunicó la novedad y actuamos de inmediato. El Fiscal General nos ordenó actuar en completa reserva para proteger la vida y seguridad del menor. Así fue como se trazó un plan muy cuidadoso y se decidió que las diligencias e investigación estuvieran a cargo de personas del nivel directivo. Establecí contacto con la directora nacional de Bienestar Familiar y trabajamos de tiempo completo.
C.O.- ¿El informante anónimo mencionó al Bienestar de Bogotá como punto de llegada?
M.M.- No. Al principio hablamos con Bienestar porque esa entidad era la que tenía competencia para conocer el caso. Como en la llamada se dijo que San José del Guaviare era el punto de partida, la directora de Bienestar permitió indagar en el sistema cuáles niños habían sido remitidos desde ese punto geográfico. Concluimos que había que buscarlo en Bogotá, por la recepción que hubo de menores de esa zona.
C.O.- Una cosa es tener unas características morfológicas de alguien y otra materializar su cara. En el caso del hijo de Clara, ¿elaboraron un retrato hablado?
M.M.- "Construimos" un rostro de Emmanuel de acuerdo con los rasgos de la abuela y de la mamá. No un retrato hablado, sino más bien un fotomontaje que se hizo con la forma de los ojos de ellas, con su nariz y con otras señales familiares, hasta lograr un aspecto físico aproximado.
C.O.- ¿Quién hizo el fotomontaje?
M.M.- Un equipo compuesto por un experto en morfología, un fotógrafo y un médico. Ellos definieron los rasgos del niño. Con ese dibujo iniciamos su búsqueda. Fue una labor intensa, porque las fiestas de fin de año se acercaban y se estaba adelantando el proceso de liberación de Clara, Consuelo y presuntamente de Emmanuel.
C.O.- ¿Cómo encontraron el hogar donde estaba el menor?
M.M.- La directora de Bienestar designó a personas de mucha experiencia que conocían el manejo y remisión de los niños en los programas del Instituto. Se fueron descartando candidatos por las señales que teníamos de Emmanuel y que difícilmente se podían presentar en otro pequeño.
C.O. ¿Llegaron directo a donde vivía Emmanuel?
M.M. No era posible hacerlo en forma directa. Examinamos las características de algunos niños a través de la red de Bienestar. Se escogieron unos lugares que había que verificar. Al final, el equipo seleccionó a tres candidatos.
C.O. ¿Fueron entonces a tres hogares?
M.M. No. Primero pedimos la reubicación de tres pequeños en otros hogares, como medida de seguridad. Después les practicamos un examen con la descripción morfocromática que teníamos. Así, descartamos dos y quedó solo, como coincidente con los rasgos que habíamos determinado, el niño que entonces se llamaba Juan David Gómez Tapiero. Procedimos a estudiarlo. Entre más información recopilábamos, más certeza teníamos de que se trataba de Emmanuel.
C.O.- ¿En qué momento de la investigación aparece el falso padre?
M.M.- Son hechos simultáneos. Mientras en Bogotá buscábamos a Juan David, José Crisanto Gómez se presentaba ante el defensor del Pueblo en San José del Guaviare para pedir protección, y éste se comunicó con Bienestar Familiar. Si no hubiera sido por ese contacto, no habríamos tenido el éxito que tuvimos. Permítame destacar la importancia de la coordinación entre entidades del Estado: el defensor de San José acudió a la policía y llamó a Bienestar. En coordinación con Bienestar estaba el CTI tras la pista de Emmanuel y contábamos con datos de Inteligencia Militar. Las piezas iban casando como en un rompecabezas.
C.O.- ¿El caso de Emmanuel es el más emocionante que ha liderado?
M.M.- En todos los procesos hay detalles para recordar, pero éste fue especial. Soy creyente y por eso, para mí, fue un caso con una marcada presencia de Dios. Quienes participamos en esta investigación consideramos que Emmanuel es un milagro en medio de la tragedia nacional, por la barbarie que existe contra los secuestrados.