Cientos de mujeres y hombres envueltos con colas de pescado hicieron piruetas este fin de semana en las piscinas de un centro acuático durante uno de los encuentros de sirenas más importantes del mundo, que tuvo lugar en Manassas, cerca de Washington DC.
JOSEPH PREZIOSO
La "Convención MerMagic", organizada en esta localidad del estado de Virginia, reúne cada año a estadounidenses apasionados por estas fantásticas criaturas.
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Las "sirenas profesionales" que despliegan su talento en el mundo del espectáculo o para eventos privados, compiten en las piscinas del centro acuático con sus disfraces. Esta feria también ofrece lecciones pagas de natación y fotos profesionales.
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"Sin importar la edad, el origen, el tipo de cuerpo o la discapacidad, cualquiera puede ser una sirena", subraya una joven de 19 años, apodada Merlot, con un tocado en la cabeza que hace juego con su larga cola. Para ella, "no hay límites".
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Afectada por la enfermedad neorológica de Charcot-Marie-Tooth, que atrofia sus músculos, Helena McLeod, de 33 años, no puede "caminar con piernas humanas" pero brilla en su larga cola con reflejos azules.
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La sirena "Chobo", que no tiene antebrazos, explica que no puede practicar una gran cantidad de deportes. "Pero me encanta nadar", dice la joven de 27 años. "Ser sirena me permite hacer deporte y expresarme". "Es muy inclusivo", agregó.