Este colombiano piratea las películas que nadie más puede conseguir

Jonattan hace parte de las redes de distribución de cine más secretas y exigentes del mundo.

Tania Tapia Jáuregui - Vice Colombia
19 de diciembre de 2018 - 06:02 p. m.
Foto de Jorge Cardona | VICE Colombia.
Foto de Jorge Cardona | VICE Colombia.

El Espectador reproduce este artículo de VICE en el marco de su alianza. Puede leer el artículo original, aquí

 

 

Jonattan es delgado, moreno, de gafas. Tiene 31 años y dos perros. Es bogotano, gamer, músico y filósofo. Vive en Soacha y es profesor de cuarenta niños de segundo en un colegio. Jonattan también es un pirata especializado en conseguir películas inconseguibles. Él es la fuente en Bogotá de quienes buscan películas de las que solo se encuentra el nombre. O a veces ni eso.

Actualmente tiene unos 30.000 títulos almacenados en cientos de CD y en varios discos duros. Usa un programa, Where is it?, con el que sistematiza cada película por género, país, año y director, así puede ubicarlas fácilmente. Algunas de ellas son películas que tal vez se encuentran en internet después de cerrar decenas de pop-ups y de dar cientos de clics. Muchas de ellas son películas que tienen él, cinéfilos especializados y algún otro pirata que comercializa lo que a menudo se empaqueta bajo el rótulo de "cine arte". Otras tantas solo las tienen él y un par de personas más en el mundo.

La mayoría de lo que Jonattan tiene y de lo que busca es un tipo de cine que solo le interesa a un nicho pequeñísimo, películas cuya existencia desconocemos por completo, y quizá nunca llegaremos a conocer.

"Hay dos corrientes: la gente que quiere conocer lo último, lo que llega a los festivales: Berlín, Cannes. Pero a los festivales llega una selección mínima de películas, 100 de las 10.000 producciones que se hacen al año", explica Jonattan. Lo de él es otro cine, el checo, por ejemplo, o películas que tienen 80 años y que volvieron a remasterizar hace poco. "No me interesa lo nuevo, aunque lo tengo. En este momento ya tenemos películas del 2019 que te puedo mostrar", asegura.

Su afición por el cine empezó hace unos 12 años, cuando cogió por el camino de muchos: buscar y ver los clásicos, La naranja mecánica, las películas de Kubrick o la obra de Bergman —que sigue siendo una de sus grandes aficiones—. Andar por Internet curioseando lo llevó a encontrar los foros que frecuenta y de los que saca todas las películas que distribuye. Ese es el secreto de su maestría.

En apariencia son foros iguales a cualquier otro de los que abundan en internet: con secciones temáticas, hilos de discusión, usuarios identificados con seudónimos y una estética sencillísima. La diferencia es que estos foros tienen estrictas reglas de entrada y de permanencia y hay que ser invitado para poder tener acceso.

"Necesitas una invitación para poder registrarte, si aún teniéndola recibes este mensaje, pudo haber caducado o alguien más hizo uso de ella", dice uno de los foros que usa Jonattan y del que me pide no revelar el nombre. “Hemos tenido algunos problemas, nos lo quieren tumbar”, me dice mientras me explica cómo funciona el foro.

Con el mouse señala un pequeño menú a la derecha de la página: "largometrajes", "eBooks" y "cortometrajes" son algunas de las opciones. Da clic a "largometrajes" y aparecen cinco "salas", cada una lleva el nombre de un director y hospeda las películas hechas en un par de décadas. La sala Fritz Lang, por ejemplo, aloja películas desde los inicios del cine, en 1895, hasta 1949; en el otro extremo está la Wong Kar-wai, que agrupa las películas hechas de 2010 hasta hoy. Jonattan le da clic a la última y me muestra una centena de secciones más, cada una lleva el nombre de una película. Abre una que dice Jesús, una película chilena de 2016, al interior hay una descripción detallada de la película: sinopsis, calidad, director, idioma, país, póster. Y al final, el link para descargarla.

La metódica clasificación, explica Jonattan, se repite por todo el foro. Así se organizan largos, cortos, bandas sonoras, revistas de cine, libros técnicos, guiones. Este es uno de los foros que frecuenta. Me explica que los que están en español, como este, albergan unos 50.000 títulos, los foros en inglés oscilan los 300.000 títulos, pero los más duros, dice, son los rusos que pueden llegar a tener 500.000 títulos.

La distribución libre de productos e información en internet es una discusión larga en la que se han dado muchas batallas. Por un lado están los gobiernos y las industrias económicas que intentan controlar el flujo de circulación cerrando sitios como MegaUpload y The Pirate Bay; por el otro lado están los que comparten, descargan y los fundadores de esas páginas que defienden los derechos digitales y creen que el internet debería ser un espacio libre, lejos de los monopolios económicos y estatales.

Las batallas entre los unos y los otros se dan todo el tiempo, eso lo intuye cualquiera que haya intentado acceder a The Pirate Bay en el último año. A pesar de eso, hay miles de usuarios en el mundo, como Jonattan, que logran mantener sus redes de colaboración lejos del radar de las leyes. Los foros son uno de esos espacios donde se crean comunidades enteras con un único fin: el de compartir y acceder a productos culturales que, en teoría, deberían ser democratizados por el internet.

La estrategia de muchos de esos foros para evitar la persecución es establecer duras reglas de acceso y de permanencia y así garantizar la subsistencia de la comunidad y del intercambio.

Karagarga, según Jonattan, es uno de los foros más exigentes en ese aspecto, pero, me dice, ya no tiene acceso: en mayo de este año empezó su nuevo trabajo como profesor de primaria, el tiempo para estar metido en los foros se le redujo, dejó de frecuentar Karagarga y cuando se dio cuenta su usuario y contraseña ya no le daban acceso.

"Son muy exigentes. Ellos piden una vaina que se llama ratio, que es mantener una proporción de tres a uno. Si tú descargas una película, tienes que aportar tres. Si descargas ocho películas tienes que aportar 24. Si no mantienes esa proporción te sacan. Esta sí no tiene invitación, no tiene nada. Para entrar a esa página es un huevo...", me dice Jonattan.

Y los niveles de exigencia de Karagarga, que fácilmente puede ser la red de intercambio más exclusiva de cine, se extiende a su contenido: se prohíbe subir cualquier contenido de Hollywood o éxitos taquilleros, su especialidad es el cine local, experimental, raro y escaso. "El archivo ha acumulado cientos de miles de películas (…) incluyendo Doomed Love, de Manoel de Oliveira, A Gentle Woman, de Robert Bresson, The Mother and the Whore, de Jean Eustache y King Lear, de Jean-Luc Godard, para nombrar unos pocos y preciados", dice el único artículo de prensa que menciona el foro. El mismo artículo cuenta que Karagarga es probablemente el sitio en el que un investigador encuentre cine iraní prohibido que creía destruido.

Por eso no es raro que, según me cuenta Jonattan, muchos de los usuarios de esos foros sean directores de cine, críticos, jurados de festivales y académicos. De hecho, me dice, una de las personas con las que más habla es un cubano, que describe como un hombre misterioso y reservado, quien hace un tiempo fue director de la Cinemateca de Cuba. A él le encarga —por pedido de profesores e historiadores de cine de acá— películas que solo se encuentran en el archivo de la cinemateca de allá en 35 o 50 mm y que por el bloqueo se quedaron estancadas en la isla. "Él va todos los años a Cuba y yo le encargo los títulos. Eso sí toca esperar un año, pero es algo que sabes que existe en esa cinemateca y no existe en ningún otro lado", dice.

Jonattan tiene un perfil de Facebook, "Kine Homocinéfilus Empedernidus Bergman", en el que publica y vende a 4.000 pesos las películas que consigue. Me dice que buscar y encontrar cine raro le gusta pero no le quita el sueño, es una de las cosas a las que dedica su tiempo libre, así como leer poesía de Oscar Hahn, aprender cómo enseñarle matemáticas a niños de forma divertida o jugar Metal Gear online y mantener su puesto mundial en el octavo lugar.

Para él, buscar y encontrar las joyas que por años buscan los cinéfilos y académicos colombianos es solo una de las cosas que hace cuando llega a su casa después de trabajar.

Por Tania Tapia Jáuregui - Vice Colombia

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