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“Estos meses pusieron en pausa nuestros planes, pero no es el fin de nuestros sueños”

Andrés Ortega, Gerente General de Opain, en entrevista con El Espectador, explica cómo están trabajando en temas de bioseguridad para cuando llegue la hora del regreso. ¿Cómo se imagina el aeropuerto después de esto?

Olga Lucía Barona
21 de junio de 2020 - 02:00 p. m.
Andrés Ortega, Gerente General de Opain
Andrés Ortega, Gerente General de Opain
Foto: Cortesía de Opain

El Espectador, en alianza con el Aeropuerto Internacional El Dorado, publicará desde hoy doce columnas de grandes personajes de la vida pública, bajo el lema ¿Cómo se imagina el aeropuerto después de esto? Arrancamos con la periodista Camila Zuluaga.

Como abrebacocas, entrevistamos a Andrés Ortega, Gerente General de Opain, quien nos cuenta en detalle cómo están trabajando en temas de bioseguridad para cuando llegue la hora del regreso.

-¿Cómo se imagina el aeropuerto después de esto?

Tras la pandemia, el Aeropuerto Internacional El Dorado será distinto a como lo conocimos hasta hace unos meses. El ritmo de vida cambió y debemos ajustarnos a las nuevas normas de distanciamiento social, autocuidado y desinfección, siendo en esta nueva etapa la salud nuestro principal objetivo, pero sin perder nuestra esencia de ofrecer la mejor experiencia. Todos nuestros procesos de bioseguridad y medidas de prevención han sido diseñados cuidadosamente siguiendo las normas de las autoridades locales y nacionales y las recomendaciones de expertos médicos que nos acompañan en este proceso.

Con la salud como meta, hemos decidido ser pioneros en la región al suscribir convenios con el Instituto Nacional de Salud y con el laboratorio Synlab, que es el tercer laboratorio de diagnóstico más grande del mundo y el primero de Europa, con presencia en 40 países, para realizar pruebas de COVID-19 a todos nuestros empleados, proveedores y arrendatarios de locales comerciales, pasajeros (si se requiere), así como a diferentes superficies del aeropuerto. Esto nos permitirá contener el contagio de los empleados que tienen mayor exposición e identificar los casos asintomáticos. También estamos finalizando acuerdo para una asesoría con la Fundación Santafé de Bogotá para revisar nuestros protocolos y para ofrecernos una visión integral y de última generación en atención y contención de pandemias.

En El Dorado la tecnología siempre ha ocupado un lugar muy relevante, y esta situación nos lleva a acelerar nuestra transformación tecnológica. Instalamos corredores térmicos con cámaras termográficas para la toma automática de la temperatura corporal, contamos con máquinas que verifican los documentos de viaje sin contacto, tenemos un sistema de auto-entrega de equipaje (Self Bag Drop), instalamos más puertas biométricas en migración (Bioming). Actualmente estamos culminando la implementación del pasaporte ElDoradoPass, que en la primera fase, está dirigido a la comunidad aeroportuaria y, en la segunda fase, a nuestros viajeros, esto con el fin de evitar la revisión física de documentos.

En materia operacional, iremos habilitando algunas zonas de manera gradual, no abriremos completamente el aeropuerto, esto con el fin de optimizar la operación de la mejor manera posible, controlar con mayor efectividad el flujo de pasajeros y hacer un mejor seguimiento a la aplicación de las medidas de bioseguridad.

-El aeropuerto es el lugar donde comienzan los sueños de un viaje. Emocionalmente, ¿cómo cree que será ese regreso?

Estos meses pusieron en pausa nuestros planes y proyectos, así como los de miles de colombianos, pero no es el fin de nuestros sueños, por eso en El Dorado trabajamos para cumplir los más altos estándares de bioseguridad y ser los aliados de nuestros viajeros para reencontrarse con quienes más quieren y necesitan. Nos llena de felicidad saber que muchos padres se reunirán con sus hijos, que los empresarios volverán a dar todo de sí para reactivar sus emprendimientos, que los estudiantes emprenderán un nuevo camino y que, en general, los colombianos volverán a ver de cerca lo que más los llena de alegría. Ahora, más que nunca, El Dorado está listo para volver a conectar a Colombia.

-¿Cómo se preparan en lo referente a todo el tema de bioseguridad?

Cuando la salud es primero, ya no hablamos de preparación. Estamos listos, hemos trabajado mucho para que los protocolos se cumplan, para integrar cada norma y medida a la nueva normalidad. Trabajamos 7 x 24. Nuestra comunidad nunca para. Y cada día buscamos incorporar nueva tecnología y prácticas seguras.

-¿Con qué cuenta hoy?

Con más de 700 dispensadores de gel antibacterial, 482 lavamanos, 280 dispensadores de jabón, 40 lavamanos portátiles en las zonas públicas, 40 tapetes de desinfección de zapatos, 120 canecas rojas para disponer los residuos biológicos como tapabocas y guantes; 16 cámaras termográficas de última generación y más de 10 termómetros digitales para la toma de la temperatura corporal, así como 225 acrílicos que funcionan como barreras de protección durante la atención de público.

Igualmente, desinfectamos cada espacio de trabajo, por eso realizamos jornadas de limpieza de las terminales con desinfectante de alto espectro (cuaternario) y vaporización de baños con desinfección profunda una vez al día, con limpieza de superficies mínimo 10 veces al día y se desinfectan minuciosamente las salas de espera, tapetes y mobiliario con microdifusor. Más de 10 veces al día se limpian con los más estrictos protocolos de higiene zonas de contactos, counters y escaleras.

Nuestros procesos de desinfección incluyen el bus satélite que conecta las diferentes terminales y los taxis y vans para el transporte de los pasajeros.

-¿Cómo seguir manteniendo la idea de que el aeropuerto es un referente importante en una sociedad, ahora que las prioridades de los colombianos están cambiando?

El Dorado es el tercer aeropuerto más importante de pasajeros en Latinoamérica y el primero para transporte de carga. Durante esta pausa a los vuelos comerciales, la terminal aérea se convirtió en el eje principal para el abastecimiento de insumos médicos y medicamentos en toda Colombia. En la primera etapa del aislamiento preventivo, la terminal de carga movilizó cerca de 30.000 toneladas. Los aviones de carga que han llegado a El Dorado trajeron al país insumos de primera necesidad, implementos médicos, ventiladores y ayudas humanitarias, indispensables en este momento crucial que atraviesa el país a causa de la COVID-19.

En El Dorado continuamos trabajando durante la cuarentena con un comprometido equipo de profesionales que está dedicado a atender a todos los pasajeros y usuarios que salen y llegan a la terminal aérea en los vuelos humanitarios y ambulancia, así como la recepción de vuelos de carga que vienen con insumos de primera necesidad, implementos médicos y ayudas humanitarias.

Creemos firmemente que este momento es de transformación global y en El Dorado estamos comprometidos con el cambio y la evolución. Queremos ser referentes y brindar tranquilidad a nuestros pasajeros y a toda nuestra comunidad aeroportuaria. Si bien las prioridades están cambiando, El Dorado es un referente económico, cultural y social para Colombia, además de haber conectado en 2019 a más de 35 millones de personas en 41 destinos nacionales y 45 internacionales, se movilizaron 700 mil toneladas de carga.

-Pero, además, el aeropuerto hace parte fundamental de la economía de un país. ¿El regreso será alentador?

La operación del Aeropuerto Internacional El Dorado dinamiza la economía nacional y regional y beneficia laboralmente a más de 25.000 personas. Además, genera más de 130.000 empleos indirectos en hotelería, transporte, alimentación y entretenimiento.

Por cada peso que se invierte en un tiquete por un turista, se generan 4,3 pesos de gastos en alimentación, hospedaje, transporte y entretenimiento, lo que convierte al Aeropuerto, en un dinamizador de la economía. En el Aeropuerto El Dorado se generan más de 5 billones de dólares anuales que se transmiten a la economía en impuestos y gastos en las demás actividades ya mencionadas.

Por contraprestación, a la fecha, se ha pagado a la Nación más de 4.01 billones de pesos y se han hecho inversiones en las obras de la concesión por más de 2.6 billones de pesos. El concesionario contrata anualmente a más de 500 proveedores de bienes y servicios para garantizar la excelencia de la operación y toda su cadena de beneficios y es el espacio de más de 300 locales comerciales.

La reapertura de El Dorado impulsará la economía nacional y la reactivación de los sectores productivos del país, lo que será vital para contribuir en la mitigación de los impactos económicos en el segundo semestre del año.

-¿Están preparados para el regreso?

En El Dorado sabemos que el trabajo en equipo con todos los actores que hacen parte de la comunidad aeroportuaria es vital para el desarrollo del país. Junto a las diferentes entidades del Gobierno Nacional y Distrital, cooperamos articuladamente por la salud de todos los colombianos, por eso, tras meses de trabajo conjunto, tenemos todas las medidas de bioseguridad y los protocolos para que los pasajeros puedan volar de nuevo cuando las autoridades lo determinen. Nuestro propósito es brindar los más altos estándares de bioseguridad para que El Dorado vuelva a conectar a Colombia.

-Sin duda, este 2020 marcará la vida de todos, pero ¿cómo proyectarnos para un futuro esperanzador?

Esta pandemia nos afectó a todos económica, social y emocionalmente. Sin duda, el cambio tan brusco de nuestra cotidianidad repercutirá por muchos meses, pero no podemos dejarnos ganar por la incertidumbre y el miedo. Ante esta nueva realidad, solo nos queda trabajar unidos, en equipo, pensar en el otro y entender que nuestras acciones perjudican a los demás, por eso la importancia de mantener distancia, de ser responsables, de cumplir con el autocuidado y la higiene y de apoyarnos entre todos los sectores para superar como país esta difícil crisis. Desde El Dorado, aportamos nuestra esencia y nuestra posibilidad de reconectar, de crear y de emprender nuevos sueños para impulsar el potencial de Colombia y abrir nuevos espacios para recuperarnos de la pandemia.

La normalidad volverá. Pronto habrá un tratamiento, o una vacuna, que nos permitirá regresar a lo que hemos perdido.

Estoy seguro que los sueños de viajar, de conocer nuevas culturas, de estudiar en universidades que son símbolo del desarrollo de la civilización, de relajarse en una playa maravillosa, de ir a sitios históricos, de abrazarse con familiares que están en otros lugares del planeta, de ir a ciudades únicas y milenarias, seguirán siendo los anhelos más importantes de la humanidad y una prioridad, que, se ha demostrado, genera una sensación de felicidad y bienestar que ninguna otra actividad puede reemplazar. La raza humana siempre ha querido conocer, explorar y disfrutar de un mundo que hoy, como nunca, está al alcance de unas pocas horas de vuelo.

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