
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Singapur ha puesto en marcha desde hace unos meses una "sala de furia" donde trabajadores y estudiantes pueden romper objetos con un bate de béisbol y evacuar así el estrés.
La llamada "sala de fragmentación", con gruesas paredes de hormigón, permite al que quiera, tras el pago de una entrada, a ponerse una bata blanca, un casco, guantes y zapatos de protección para destrozar platos, vasos o impresoras con un bate de béisbol.
La sala, abierta desde hace seis meses, atrae a muchos habitante esta ciudad-estado del sureste de Asia, un país ultramoderno y rico pero conocido también por el nivel de estrés de sus ciudadanos, provocado por el espíritu de competición.
El lugar, parecido a los que ya existen en otras ciudades del mundo, ofrece dos opciones, cada una de media hora de duración: o bien romper un número limitado de objetos por 38 dólares de Singapur (alrededor de 84.000 pesos colombianos) o bien el "pack de aniquilación", que cuesta 350 dólares (poco más de 770.000 pesos).
La sala, instalada en una antigua fábrica de fideos, proporciona los objetos a sus clientes aunque también los pueden traer de casa.
Entre los clientes hay dos estudiantes de 18 y 19 años que tras terminar sus exámenes vinieron a destrozar varias objetos, entre ellos una impresora.
"Cuando estamos en clase imprimimos muchas cosas, por eso poder romper una impresora es increíble", explica Kylie Low, una estudiante de derecho.