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La explosión por acumulación de gas metano en un socavón de la mina San Fernando, del corregimiento Pasonivel, en Amagá (Antioquia), desató en la madrugada del jueves la que podría ser la tragedia minera más grande del país de los últimos 33 años.
El estallido se produjo en el túnel San Joaquín y, hasta el cierre de esta edición, había cobrado la vida de 16 personas, mientras que las autoridades reportaban que por lo menos 50 más se encontraban atrapadas en el lugar y con mínimas posibilidades de supervivencia.
Uno más, Wálter Restrepo Uribe, de 31 años, se preparaba para el cambio de turno cuando fue sorprendido por la detonación, que le causó quemaduras en el 27% del cuerpo. Luego fue trasladado al pabellón de quemados del Hospital San Vicente de Paúl de Medellín, donde se recupera.
Las labores de socorro, adelantadas por los organismos de emergencia y coordinadas por especialistas del Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas), fueron apoyadas por personal de la Fuerza Aérea, que envió dos helicópteros a la zona para agilizar el traslado de los heridos a los centros de atención.
Los rescatistas cavaron un túnel de 700 metros de profundidad para sacar con vida a los mineros atrapados, pero las labores se vieron entorpecidas por la falta de oxígeno en el socavón. Hacia las seis de la tarde, el director del Departamento Administrativo para la Atención de Desastres (Dapard), en Antioquia, John Fredy Rendón Roldán, anunció la suspensión de los trabajos de búsqueda.
Uno de los mineros que sobrevivió a la tragedia, y quien prefirió permanecer en el anonimato, relató a El Espectador que se salvó milagrosamente de morir en la explosión, porque esa noche llegó tarde a cumplir su turno de trabajo, debido a que se encontraba enfermo.
Aseguró que él y otros compañeros “quedaron paralizados” y “a oscuras” tras la explosión, por lo cual tuvieron que usar unas lamparitas portátiles que cargaban en sus bolsos para poder salir del socavón. Explicó, además, que no pudieron socorrer inmediatamente a ninguno de sus compañeros, “porque lo que queda después de la candela (monóxido de carbono venenoso) es más peligroso y lo mata a uno instantáneamente”, por eso se necesita esperar entre cuatro y cinco horas para poder ingresar de nuevo a la mina. “Si hubiera llegado cinco minutos antes hoy estaría en pedacitos”, aseguró este minero quien lleva 10 años en este peligroso oficio, cuatro de ellos en la mina San Fernando.
Al dolor por el siniestro, sólo superado por la explosión que en 1977 causó la muerte de 109 obreros de una mina de carbón en El Silencio (Antioquia), se sumó en esta ocasión la contradicción entre el Ministerio de Minas y las autoridades locales respecto al origen de la tragedia. Según Hernán Martínez, titular de la cartera de Minas, hace una semana Tomás Charry, autoridad en temas de seguridad minera, había hecho una inspección al lugar y encontró que carecía de detectores de gas metano, lo cual —a juicio de otros expertos— era razón suficiente para el cierre de la mina.
No comparte esa versión la empresa Carbones San Fernando S. A., responsable de la explotación de la mina desde 1991, cuyos representantes manifestaron que durante dicha visita se estableció que la mina cumplía con las normas de seguridad e higiene minera, y que los niveles de gases estaban dentro de los rangos normales permitidos. La empresa aseguró que aparte de las inspecciones oficiales, internamente se realiza a diario un seguimiento y reporte de concentración de gases.
En igual sentido se pronunció el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, quien señaló que en los últimos seis meses se habían hecho tres visitas a la mina para constatar que sí tenía las condiciones técnicas y de seguridad para operar. “Es la mina para mostrar que tenemos en Antioquia. Con muy buena organización laboral y en seguridad”, señaló.
Carbones San Fernando S. A. aclaró que cuenta con 482 trabajadores y 52 empleados administrativos, quienes tienen seguridad social, riesgos profesionales y pólizas de seguro al día. A propósito, la ARP de Positiva Compañía de Seguros S. A. aseguró que pagará $12 mil millones a las familias de las víctimas, así como los gastos exequiales.
Según la empresa, 79 personas se encontraban dentro del socavón y sólo seis de ellas se reportaron con vida después de la explosión.
Entre tanto, el gerente de la ESE Hospital San Fernando de Amagá, Róger Eduardo Flórez García, confirmó que se dispuso un equipo multidisciplinario de médicos legistas y funcionarios de la Policía Judicial para adelantar las necropsias de los cadáveres rescatados que fueron llevados al coliseo municipal ante el colapso de la morgue del pueblo. La mayoría de los cuerpos estaban calcinados. Flórez García manifestó dificultades con el encargado de salud ocupacional de la empresa para acceder a un listado de los empleados que se encontraban en la mina al momento de la explosión.
Mientras avanzan las operaciones de rescate de los otros desaparecidos, la mina San Fernando pasó a manos de Ingeominas, cuyos funcionarios realizaban este jueves operaciones de ventilación del socavón para disipar el monóxido de carbono, gas de alta toxicidad, y la remoción de los derrumbes ocasionados por la explosión, que taponaron por completo la boca de la mina. La investigación que adelante el organismo esclarecerá el mecanismo de ignición que produjo la fatal explosión.
Todas las minas de carbón en el mundo emiten gas metano y de ahí la importancia de que cuenten con adecuadas chimeneas y sistemas de ventilación que eviten su acumulación y puedan ocasionar explosiones.
Colombia tiene una larga tradición en este tipo de accidentes. El 31 de enero de 2007, en una mina de Norte de Santander, 18 trabajadores murieron en similares circunstancias. Incluso, la mina San Fernando, de Amagá, tuvo un antecedente en 2008, cuando cinco personas perdieron la vida por la inundación de uno de sus túneles (ver infografía). En ese municipio hay cerca de 140 minas, de las cuales 120 son ilegales.
Al conocer la noticia, el presidente Álvaro Uribe se declaró conmocionado por la tragedia y aseguró que “tengo el alma transportada a Amagá. La verdad es que he sentido en toda mi vida una gran cercanía con esa comunidad. No lo puedo ocultar: tengo muchísimo dolor...”. El Jefe de Estado viajará hoy a la zona.
Por su parte, el ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Carlos Costa, anunció que realizará una investigación a las autoridades ambientales de Amagá y que se hará un censo en el país para establecer el cumplimiento de las normas ambientales para la explotación minera. “Tenemos que verificar, y por su tamaño y características aunque corresponde a la Corporación Autónoma Regional (CAR) su licenciamiento, nosotros revisaremos los trámites surtidos y la posición de las autoridades ambientales del departamento”, añadió Costa Posada.
Estallidos de minas en el país
2010
Febrero
En la vereda El Vijal, en el municipio de San Mateo, Boyacá, tres personas perdieron la vida luego de que se presentara una explosión en el interior una mina de carbón. El incidente se presentó sobre el mediodía.
2009
Agosto
En la mina de carbón El Bloque, ubicada en la vereda Jonás, de Fredonia, en Amagá (Antioquia), murieron nueve trabajadores y tres más resultaron heridos. La explosión se registró sobre las 9:30 a.m. Los cuerpos de las víctimas fueron hallados regados a unos 450 metros de la boca de la mina, que tenía aproximadamente unos 600 metros de profundidad.
2008
Agosto
En la vereda Pueblo Viejo, en el municipio de Cucunubá (nororiente de Cundinamarca) fueron ocho las personas que fallecieron a causa de una explosión en una mina de carbón. En el hecho dos personas fueron rescatadas con vida.
2007
Febrero
A la 1:00 p.m., en las minas de carbón San Roque y La Preciosa (Norte de Santander), se presentó una explosión por acumulación de gases. En el socavón, que medía 400 metros, 31 perdieron la vida.
2006
Junio
En la misma mina del accidente de el jueves (San Fernando), en el municipio de Amagá, Antioquia, se produjo una explosión en uno de los socavones. En ese incidente falleció un minero y 25 más resultaron heridos a causa de una explosión accidental.
1977
Julio
Fueron 109 los trabajadores que murieron en la mina El Silencio, en Antioquia, y es considerada como la tragedia más grande que se ha presentado en la región.