Quién iba a pensarlo: la droga prohibida de las fiestas de música electrónica, el éxtasis, podría ser la solución terapéutica para algunos tipos de cáncer, como leucemias, linfomas e incluso mielomas.
Un grupo de investigadores británicos de la Universidad de Birmingham reportaron en la revista Investigational New Drugs el desarrollo de una variante de la 3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA o éxtasis), que sería 100 veces más eficaz en la lucha contra el cáncer que la droga que consumen los jóvenes en las fiestas.
En entrevista con el Daily Telegraph, el profesor John Gordon, líder de la investigación, se mostró entusiasmado por los resultados: “este es un paso importante hacia el uso de las anfetaminas para ayudar a las personas que sufren de cáncer en la sangre”. Pero aclaró que va a tomar unos cuántos años más de trabajo llevar este descubrimiento a los pacientes.
En 2006 una investigación había insinuado que el éxtasis, así como los antidepresivos tipo Prozac, tenían, de manera colateral a su acción principal sobre el sistema nervioso, un extraño efecto sobre el crecimiento de los cánceres. Al parecer, la droga ejerce una acción moduladora sobre la grasa de la membrana de las células cancerígenas, haciéndolas más susceptibles al control del sistema inmunológico.
El problema detectado en aquel momento fue que sólo con dosis muy altas de éxtasis, incompatibles con la vida humana, se podía lograr un efecto anticancerígeno. De ahí que el grupo de científicos británicos, en colaboración con colegas de la Universidad de Western Australia, se dedicaran a modificar la molécula original con técnicas de ingeniería química.
David Grant, científico de la ONG Investigación en Leucemia y Linfoma, dijo a la BBC que “la posibilidad de luchar contra el cáncer de sangre con una medicación derivada del éxtasis es una propuesta muy interesante. Muchos tipos de linfoma siguen siendo difíciles de tratar y se necesitan desesperadamente medicinas que no sean tóxicas y tengan pocos efectos secundarios”.
El camino por recorrer aún es largo y por eso los científicos han insistido en no crear falsas expectativas en los pacientes. Hasta ahora el potencial del éxtasis modificado como terapia oncológica sólo se ha demostrado en el laboratorio. El paso siguiente es diseñar evaluaciones en animales para seguir con ensayos clínicos en humanos.
Julie Sharp, de la organización Cancer Research UK, enfatizó que la MDMA es una droga peligrosa y la búsqueda de versiones más seguras debe continuar: “aunque las tasas de sobrevida de leucemias han mejorado considerablemente en los últimos 30 años, todavía son necesarios nuevos tratamientos más efectivos”.