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Según informó Greenpeace en un comunicado, la organización ecologista ha tenido acceso a unos documentos confidenciales que revelan que durante más de un año se llevaron a cabo trabajos de soldadura en la estructura del edificio sin que se facilitara a los trabajadores las especificaciones técnicas necesarias.
Además, el grupo francés Areva, constructor de la central, no inspeccionó en ningún momento la calidad de las soldaduras, y la empresa subcontratista Bouygues, encargada de construir la estructura de acero del edificio, hace más de un año que no tiene personal cualificado en Finlandia supervisando las obras, según Greenpeace..
"Estas deficiencias deberían ser motivo de una seria preocupación en lo que se refiere a la resistencia de la central", señaló Helmut Hirsh, un experto nuclear independiente consultado por Greenpeace.
Para Hirsh, los defectos en la construcción denunciados por la organización ecologista aumentan considerablemente el riesgo de accidente nuclear en caso de que se produzca un terremoto o un ataque terrorista.
"Romper las normas de seguridad cuando se construyen reactores nucleares puede tener consecuencias catastróficas. Las obras deben detenerse de inmediato para que se realice una inspección independiente de carácter internacional", afirmó el portavoz de Greenpeace Finlandia, Lauri Myllyvirta.
El asunto es tan grave que incluso el ministro finlandés de Industria, Mauri Pekkarinen, ha pedido a la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear que investigue las denuncias de la organización ecologista.
La central de Olkiluoto 3, donde se instalará el primer Reactor de Agua a Presión (EPR) del mundo, comenzó a construirse en septiembre de 2005 por encargo de la compañía eléctrica finlandesa Teollisuuden Voima Oy (TVO).
Desde entonces, numerosos errores y contratiempos -incluido un incendio a finales del pasado julio-, han provocado que las obras lleven más de dos años de retraso y que el presupuesto inicial casi se haya duplicado.