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Mientras una mujer le está poniendo gasolina a su vehículo habla por teléfono y se va a pasear un poco.
Cuando vuelve pone en marcha el auto, llevándose la manguera dispensadora de gasolina.
Afortunadamente otras personas le advierten de la imprudencia y se detiene a tiempo.
Luego, para colmo, cierra el coche con la llave dentro.
Por fortuna, el baúl estaba abierto y un trabajador del lugar le ayuda a abrirlo de nuevo.
El video muestra que hacer dos cosas tan sencillas como hablar y poner gasolina al coche puede ser peligroso.
Por El Espectador
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