El alto pontífice manifestó ante los miembros de la pontifica Academia para la Vida que mantiene su condena firme y ética contra toda forma de ayuda directa a la muerte, conforme a las centenarias enseñanzas de la Iglesia.
La academia celebra entre lunes y martes en Roma un congreso sobre el acompañamiento a los enfermos terminales, que el Papa calificó como uno de los retos más urgentes de los tiempos actuales.
El líder religioso instó a la introducción de un permiso especial para los trabajadores que deseen ocuparse de sus familiares en los momentos finales de sus vidas.
"El derecho laboral reconoce normalmente a los miembros de una familia determinados derechos con el nacimiento de un bebé. También los familiares cercanos de un enfermo terminal deberían tener derechos similares en determinadas circunstancias", manifestó el Papa.
Según el alto prelado, no se puede pasar por alto la compañía humana y solidaria en las difíciles circunstancias que a menudo deben soportar las familias durante los últimos días de los enfermos terminales.