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Uno de los objetivos de desarrollo sostenible es realizar acciones por el clima. Para nadie es un secreto que en los últimos años el mundo ha experimentado efectos dramáticos que se ven reflejados en ciclones tropicales, inundaciones, aumento de la temperatura global, derretimiento del hielo y el aumento del nivel del agua. Este panorama puede tener consecuencias irreversibles si no se toman medidas eficaces y efectivas. Por eso, cada acción y aporte que se realice tiene la capacidad de cambiar el futuro. Es una tarea que se debe realizar desde la academia, el Estado y las ONG.
En este contexto, y con la convicción de aportar al medio ambiente, varios investigadores de la Universidad de la Costa emprendieron, desde diciembre del año pasado, un proyecto que busca analizar el estado del aire en la región Caribe y así, desde sus análisis, poder aportar soluciones sostenibles que impacten de forma positiva la vida de las personas y el desarrollo de los ecosistemas, que involucra plantas, animales y microorganismos. “Escogimos este tema porque en Barranquilla no había información de la calidad del aire, esto por lo general se adelanta en Bogotá y Medellín. La tarea es fundamental para crear conciencia y políticas que se alineen con los objetivos mundiales”, señala Ismael Schneider, docente e investigador de la Universidad de la Costa.
Este grupo está conformado por docentes internacionales y estudiantes de la maestría en Desarrollo Sostenible. El proyecto se ejecuta entre la Universidad de la Costa, Barranquilla Verde y la Corporación del Atlántico. Son dos años para recopilar información de los principales contaminantes del aire en Barranquilla y poder dar soluciones de largo plazo. En este momento aún están en estructuración del proyecto y la adecuación de laboratorios con tecnología de punta para iniciar los análisis y así poder decir cuáles son los contaminantes que están enfermando a las personas en la costa Caribe.
Para recopilar los datos ya están haciendo trabajo de campo con personas vulnerables que están expuestas a varios componentes químicos y son poblaciones vulnerables. “Debemos comprender cómo se da la emisión de estos y cuáles son sus niveles. De esa forma pasamos a un segundo momento, que es identificar los efectos que genera en las personas, el costo ambiental para la sociedad y soluciones para mitigar el impacto”, resalta el coordinador del Grupo de Gestión y Sostenibilidad Ambiental. Las líneas que conforman la investigación son: calidad del aire, ecotoxicología, geotecnologías aplicadas, gestión territorial sostenible y gestión y administración socioambiental.
Es una investigación interdisciplinaria que reúne varios actores para lograr abarcar toda la problemática. “La línea de trabajo que dirijo es toxicología y buscamos evaluar los efectos de los contaminantes ambientales, como químicos que usan varios sectores industriales e impactan los ecosistemas y sus organismos”, dice Carlos Eduardo Schnorr, biólogo e integrante del equipo de investigadores, quien continúa explicando cómo el desarrollo industrial trae consigo el uso de químicos que pueden generar enfermedades en la población y cambios en las costas, el suelo, el agua y el aire. Con esta área de estudio se puede detectar una exposición temprana a diversos químicos y así evitar el desarrollo de enfermedades cardiorrespiratorias y cánceres relacionados con ambientes contaminados; en otras palabras, cuidar la salud de las personas.
Una tarea que involucra las industrias, el Estado, la academia y la sociedad. “Queremos que nuestras investigaciones sirvan a la hora de diseñar políticas públicas en procesos ambientales”, expresa Rogerio Portantiolo, oceanógrafo e investigador del Grupo de Gestión y Sostenibilidad Ambiental, quien se dedica a entender la evolución de las costas y ahora adelanta una expedición conjunta con la Armada Nacional, para visitar la Antártida para hacer un atlas de la contaminación por hidrocarburos. También participan universidades de Brasil y España. Además, otro objetivo es velar por la conservación de las costas colombianas. Otro de los proyectos que adelantan es visitar la isla de San Andrés para identificar cuáles son los actores que están afectando los corales.
El trabajo en equipo y aliarse con los mejores es la filosofía que mueve a la Universidad de la Costa, que está comprometida en dar respuestas a las necesidades locales, regionales y nacionales, y ha sido consciente de su responsabilidad para crear mejores sociedades y ecosistemas. Desde esta perspectiva la Universidad, con su espíritu de permanente de contribución al mejoramiento del bienestar social, desarrollo económico y conservación ambiental, ha considerado determinante plantear el desarrollo de investigaciones que contemplen los conceptos del desarrollo sostenible. La hoja de ruta está trazada: “Nuestra tarea es aprovechar al máximo los recursos, hacer un monitoreo continuo y seguir haciendo alianzas con las personas que quieren trabajar en pro del medio ambiente y la salud”, puntualiza Ismael Luis Schneider, de la Universidad de la Costa.
Temáticas que se tratan en la investigación
Calidad del aire
Desarrolla investigaciones junto con las autoridades ambientales en la cuantificación de los contaminantes atmosféricos e identifica sus procesos de formación, así como los efectos que generan sobre la salud de las personas.
Ecotoxicología
Comprende el impacto de los contaminantes ambientales sobre la estructura y función de los ecosistemas, buscando evaluar los efectos de los estresores químicos en el organismo, la población y la comunidad.
Geotecnología, para cuidar los mares
Promueve actividades de enseñanza e investigación orientadas al desarrollo de geotecnologías. Actualmente están ejecutando dos proyectos a través de expediciones organizadas y lideradas por la Comisión Colombiana de los Océanos: la Expedición Seaflower, donde se evaluará la cantidad y distribución de basura marina en la Reserva de la Biosfera, Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y sus impactos. En la Expedición Antártida se evaluará la sensibilidad de ambientes costeros y vida salvaje.