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Gabi Shull nació en Missouri, EE.UU., hace 15 años y hoy es un ejemplo en todo el mundo por la gran batalla que con su persistencia supo ganarle a la adversidad. La vocación y pasión de Gabi siempre fue el ballet, danza a la que se dedicó desde que era muy pequeña. Pero los azares de la vida quisieron destrozarle su sueño cuando apenas tenía 9 años. En 2010, mientras patinaba en hielo, otra de sus prácticas favoritas, sufrió una lesión por la cual tuvieron que tomarle varias radiografías. En las láminas, más allá del golpe, hubo algo que no gustó para nada a los médicos.
Efectivamente, el golpe que sufrió patinando era lo de menos. Gabi fue diagnosticada con osteosarcoma, un extraño tumor canceroso que afecta los huesos y que en el caso de ella estaba dañando su rodilla derecha. Por cuenta de este tumor, tuvieron que amputarle toda la pierna.
Tras la difícil pero necesaria intervención, la bailarina tenía muchas dificultades para desplazarse pese a que contó con varios instrumentos para facilitar su movilidad. Tras la operación y pese al ánimo que querían transmitirle sus médicos y seres queridos, todos los pronósticos apuntaban a que Gabi no podría volver a patinar, saltar o bailar, acabando definitivamente con sus grandes sueños de vida. No obstante, subestimaron dos grandes poderes que Gabi utilizó para demostrar que estaban equivocados: su capacidad de superación y los avances científicos.
Una revolucionaria cirugía le giró a Gabi parte de su pierna en 180 grados. Aunque impresionante a la vista, pues su pie derecho quedó completamente invertido, sirvió para fijar una moderna prótesis con la que la bailarina pudo volver a mover por completo su extremidad derecha.
Básicamente, los doctores giraron parte de su pierna que no fue amputada para que pudiera introducirla en una prótesis, que le permitía seguir realizando sus movimientos de danza. Y aunque puede sonar “sencillo”, realmente la instalación de la prótesis fue solo el primero de muchos pasos que tuvo que hacer Gabi para volver a bailar. Primero tuvo que readaptarse a caminar, a moverse y bailar con la prótesis, en lo que fue casi un volver a aprender a caminar. En poco tiempo, gracias a su persistencia, Gabi ya estaba moviéndose normalmente y practicando su extenso repertorio de pasos de baile. ¿Cómo? A la joven artista, no solo le dieron una sustitución de su pierna para el día a día, sino una con forma de pie en punta para que pudiera volver a bailar ballet, tal como lo hacía antes de la enfermedad que por poco trunca su carrera.
Hoy, Gabi no solo baila ballet. También se le ha medido a intentar pasos de tap, danza contemporánea, jazz y hasta el break dance del hip-hop. Pero quizá su causa más importante ahora es promover mensajes para crear conciencia sobre el cáncer infantil a través de la organización “The Truth 365”, y, sobretodo, dar un mensaje de positivismo y fuerza para superar los obstáculos.