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Juan Antonio Casas: "Me preocupa la superficialidad"

Para el rector de la institución, las nuevas generaciones no están comprometidas con las cosas importantes de sus vidas y siguen abusando del alcohol.

Mariana Suárez Rueda
05 de marzo de 2011 - 01:00 a. m.

Ser hijo del fundador del Gimnasio Campestre hizo que Juan Antonio Casas no quisiera estudiar nada relacionado con educación. Sin embargo, después de graduarse como abogado y hacer una maestría en historia comenzó a sentir que la pasión por la enseñanza la llevaba en la sangre. Entonces, regresó al colegio en el que se formó y el cual su padre dirigió hasta que falleció en 1987. Al comienzo era profesor de ciencias, luego director de grupo y hace cinco años se convirtió en rector.

Durante las últimas semanas su agenda ha estado más agitada que de costumbre. El Campestre cumple 65 años y las celebraciones no se han hecho esperar. La última es hoy y los protagonistas serán los estudiantes. Entusiasmado por la inauguración de un edificio en homenaje al que considera uno de los exalumnos más brillantes, Enrique Low Murtra (ex ministro de Justicia asesinado hace 20 años), Juan Antonio Casas habló con El Espectador sobre las ventajas de la enseñanza por género, la deficiencias en la calidad de la educación básica y media y el dolor de cabeza que sigue siendo el abuso del alcohol por parte de los jóvenes.

El Campestre es reconocido por ser un colegio tradicional, ¿cómo han innovado en la enseñanza?

La tradición del colegio ha sido la innovación. Estamos formando niños productores de conocimiento y somo líderes en involucrar la investigación a las prácticas pedagógicas. Aquí los estudiantes pueden ver la dimensión del universo a través de nuestro observatorio y la vida desde los más pequeños bloques de construcción en el laboratorio de biología molecular.

¿No ha pensado en volver mixto el colegio?

El Campestre nació en una época en donde la educación de género era la norma, eso es parte de nuestra identidad. Además, los niños y las niñas tienen estilos y ritmos de aprendizaje distintos.

¿Los jóvenes están teniendo dificultades para acceder a la educación superior?

Cada vez la competencia es más alta y eso es bueno. El problema es que no todos los niños del país reciben la misma calidad de la educación básica y media. Colombia ha hecho un esfuerzo por ampliar la cobertura, pero en calidad hay un reto grande. Y el sector privado tiene una deuda con el sector público que debe saldar.

¿El desarrollo de nuevas tecnologías hace necesario cambiar la forma de enseñar?

Más o menos. Antes aprender implicaba acceder a las fuentes de información, hoy todo el mundo puede hacerlo, así que lo que debemos hacer los educadores es enseñarles a los niños cómo manejar esa información y no contentarnos sólo con utilizar dispositivos en las clases.

Para garantizar el éxito profesional, ¿con qué competencias debe graduarse todo estudiante?

Es importantísimo que domine otro idioma, sea creativo, sepa gestionar la información y pueda realizar una valoración crítica de ésta.

¿Cuáles son las problemáticas de las nuevas generaciones que más lo preocupan?

Hay fuerzas culturales que están llevando a los jóvenes a ser superficiales, a no estar comprometidos con las cosas importantes de sus vidas, a centrarse en lo irrelevante. También me preocupa que hay niños que están creciendo muy solos y jóvenes que no son capaces de tomar decisiones inteligentes a la hora de escoger una carrera.

¿El abuso en el consumo de alcohol sigue siendo un dolor de cabeza?

Sí. Sigue siendo muy fácil para los menores acceder al alcohol en tiendas de barrio y supermercados. Las medidas que han tomado las autoridades en Bogotá no incluyen a los adolescentes entre los 15 y 17 años, que es donde vemos el problema.

¿Ha tenido que lidiar con muchos casos de acoso escolar o matoneo?

El excesivo cubrimiento de esta problemática ha puesto a los papás demasiado nerviosos. La verdad hemos tenido muy pocos casos. Lo clave es la prevención, pero en caso de que se presente el acoso hay que atender las necesidades del agresor, quien evidentemente tiene carencias emocionales, y del niño afectado.

¿Cómo les ha ido en las pruebas del Icfes?

Aunque el colegio siempre mejora en sus puntajes, no consideramos el examen de Estado un indicador importante que evalúe la calidad.

¿Algún exalumno de la vida nacional que quisiera resaltar?

Hay muchos. Pero ahora recuerdo a los candidatos a la Alcaldía de Bogotá David Luna y Enrique Peñalosa, a Luis Alberto Moreno, presidente del BID, y a Néstor Osorio, embajador de Colombia ante la ONU.

Por Mariana Suárez Rueda

 

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