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La esperanza no envejece

Adultos mayores le ganan la batalla al COVID-19 en el Centro de Bienestar del Anciano San Pedro Claver, de la Beneficencia de Cundinamarca.

Nelson Sierra G. / Twitter: @NelsonSierra74

14 de mayo de 2020 - 09:00 a. m.
Plinio José Arévalo, Carlos Julio Cruz, Hernando Bordo y María Elisa Díaz, estuvieron en cuarentena durante más de un mes, junto a José Hermilio Bachiller, quien no aparece en la imagen. / Mauricio Alvarado - El Espectador.
Foto: Mauricio Alvarado
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Andrea Hernández no pudo contener las lágrimas, porque en sus seis años como trabajadora social del Centro de Bienestar del Anciano San Pedro Claver, de la Beneficencia de Cundinamarca, era la primera vez que presenciaba una escena tan melancólica. Elsira, con voz entrecortada, le cantaba el Happy birthday número 68 a su padre Uriel Herrera, a casi 100 metros de distancia, mientras sostenía un chocolate y un caldo que le había llevado como regalo de cumpleaños una fría mañana de abril. Esa era una nueva medida de aislamiento que se había tomado en el hogar a causa del coronavirus.

Todos estaban expectantes de la salida de sus compañeros, a quienes no veían desde hace un mes.Mauricio AlvaradoEn este centro de atención al adulto mayor, ubicado en la Avenida Caracas con calle primera sur, en Bogotá, se atienden unas 201 personas mayores de 60 años procedentes de los municipios de Cundinamarca.La entidad, desde la declaratoria de alerta amarilla con el Decreto Departamental No. 137 de 2020 y la declaratoria de la calamidad pública con el Decreto 140 de 2020, dio lineamientos para prevenir el contagio del COVID-19 en los centros de protección que tienen a su cargo.Pese a todos los esfuerzos que ha hecho y el trabajo e implementación de los protocolos para guardar la distancia social, manejo de usuarios, la bioseguridad, las medidas restrictivas de visitas, salidas, ampliación de turnos de los empleados, ente otros, en los ocho centros de protección se presentaron seis casos de coronavirus en este grupo poblacional.
Foto: Mauricio Alvarado
Plinio José Avendaño fue sin duda el más entusiasta, aquí momentos antes de que fuera dado de alta.Mauricio AlvaradoLa batalla fue grande, sabiendo que esta población es la más sensible para contraer el virus, en el entendido que las cifras epidemiológicas de contagio y letalidad a escalas mundial y nacional recaen sobre los mayores de 70 años y, en especial, en los centros de protección o asistencia al adulto mayor.Los superabuelos que resistieron los avatares del coronavirus fueron Carlos Julio Cruz, de 71 años; Hernando Bordo Ballesteros, de 68 años; José Hermilio Bachiller, de 61 años; María Elisa Díaz Rodríguez, de 95 años, y Plinio José Avendaño, de 65 años, gracias a la dedicación, atención y entrega del equipo profesional conformado por médicos, enfermeras, trabajadores sociales, religiosas, entre otros. Ahora gozan de excelentes condiciones de salud y se integran nuevamente a su vida social y comunitaria dentro del centro de protección.
Foto: Mauricio Alvarado
Todo el personal del hogar tuvo que ver conlos contagiados, dicen que su recuperación "fue obra divina".Mauricio AlvaradoTodo comenzó el 29 de marzo, cuando la señora María Elisa, de 95 años, presentó un cuadro de fiebre severa y fue llevada a la clínica Méredi. Ingresó con un diagnóstico de neumonía bacteriana, sin embargo, se le practicó la prueba del coronavirus. Luego, el 3 de abril, regresó al ancianato y fue puesta en cuarentena de manera preventiva, protocolo que se realiza con todos los abuelos que se llevan a servicios hospitalarios. Al día siguiente una llamada puso en alerta a la institución, doña María dio positivo para COVID-19, por eso de inmediato Camilo Velandia, enfermero jefe del centro, llamó a la Secretaría de Salud, que de inmediato envió a un grupo de profesionales a realizar pruebas a 50 personas, el círculo cercano de María Elisa, pero al no encontrar más casos ampliaron las pruebas a los 201 abuelitos, el 100 % de residentes. Fue allí donde se descubrió que había otros cuatro contagios y estos fueron de inmediato puestos en cuarentena.
Foto: Mauricio Alvarado
Doña María Elisa Díaz, de 95 años fue la primer contagiada.Mauricio AlvaradoEn medio de tanta tensión e incertidumbre una buena noticia renovó los apaciguados estados de ánimo: Carlos, Hernando, José y Plinio fueron pacientes asintomáticos, la enfermedad no los afectó con la contundencia con la que ataca en el mundo a personas de su edad. Debido a esto, no fue necesario practicar los delicados tratamientos para combatir el coronavirus.
Foto: Mauricio Alvarado
Tres enfermeros fueron los encargados durante las 24 horas del cuidado de los 5 abuelos.Mauricio AlvaradoEsta situación no fue fácil, se convirtió en un reto, trabajo incansable de acompañamiento y atención 24 horas de gran responsabilidad por parte de tres enfermeras del centro y la vigilancia de médicos de la Secretaría de Salud. Aún no se ha logrado establecer cómo apareció el virus a la institución.El 8 de mayo llegaron las pruebas de control con la buena noticia de que los cinco habían superado el COVID-19, y un nuevo positivo, don Víctor Julio Garzón, de 82 años, también asintomático, pero todos tienen la esperanza de que él, al igual que sus compañeros, ganará la batalla, pero a diferencia de ellos no tiene a ningún familiar que por su estado de salud vaya a preguntar.
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José Hermilio Bachiller, no pudo ocultar la emoción y asegura que nunca se sintió enfermo.Mauricio AlvaradoTodos esperan que don Victor se recupere pronto y en unos días abandone la zona de cuarentena como lo hicieron ellos.Mauricio Alvarado
Foto: Mauricio Alvarado

Por Nelson Sierra G. / Twitter: @NelsonSierra74

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