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Se llega a los trastornos alimenticios por inseguridades, miedos, carencias, pérdida de la autoestima y los estereotipos. Los que la sociedad vende: mujeres altas, delgadas, “hermosas”, las que salen en la televisión y son presentadoras, actrices e imágenes de productos de belleza. Y ahora, las que aparecen en las redes, las fitness y aparentemente con cuerpo perfecto. Pero para alguien que lucha con un desorden es lo peor. Es un espejo de lo que no son y quisieran. Tanto que hasta evitan el uso de redes sociales.
Pero una joven británica utiliza sus redes sociales para decirles a las personas que padecen estos desórdenes que sí es posible salir de ese abismo. Sus publicaciones son una terapia y una muestra de su recuperación, que le ha tardado años.
Connie Inglis creo su cuenta de Instagram (@my_life_without_ana) en 2016 y tiene 43.200 seguidores que siguen su proceso diario. Fotos comiendo, bailando, sonriendo y mostrando que tiene días buenos y malos. Mostrando la belleza de la mujer sin los manuales que exige la sociedad. Naturales, con celulitis, sin maquillaje, con el estómago hinchado. Con comentarios largos y sinceros les da fuerza a todas las personas que padecen ese trastorno.
Imágenes en las que compara su antes y después, su lucha de diez años y el momento en que tocó fondo y su satisfactoria recuperación en un año. Invita a sus seguidores a que amen su cuerpo. En una de las imágenes se pintó en su barriga la frase “Love yourself” y al final de cada comentario que hace en sus fotografías utiliza el numeral #positivebeatsperfect.
A veces tiene pensamientos negativos, pero recuerda todo lo que ha vivido y se acepta tal y como es. Recuerda sus días en la clínica y el apoyo que recibió de sus seres queridos, reconociendo que los ama más que a su enfermedad y que ahora es más fuerte para resistir.
"Mucha gente me pregunta cómo lo hice. Cómo me recuperé tan rápido ... la verdad es que no lo hice. Un trastorno alimentario es engañoso y horrible. Te atrae y te hace creer que no serías nada sin él, no sobrevivirías sin él. Solía creer que mi enfermedad era mi mejor amiga pero todo lo que siempre quiso hacer era matarme. En la foto de la izquierda tenía 13 años y ya había estado luchando durante mucho tiempo. Hay 8 años entre estas fotos y en ese tiempo tengo peso restablecido y recaídas innumerables veces. Me he atormentado mental y físicamente. Me dije que era horrible e indigna de felicidad. He odiado mi cuerpo. He hecho que pase hambre, lo he herido, he dejado un daño incalculable. Después de 10 años finalmente decidí que amaba a mi familia y amigos más que mi enfermedad. Decidí que no tenía la culpa de todo lo que había sucedido. ¡Decidí que merecía ser feliz". Con esa publicación, de hace seis días y con tres fotos que dan cuenta de su proceso evolutivo, le da fuerza a sus seguidores y a los que padecen la enfermedad les hace sentir que ella está con ellos en cada paso del camino.