"Las cosas bonitas que le pasan no es porque las haya pagado antes con dolor"

¿Es usted de los que sale con cometarios como: “yo ya aprendí la lección”, “yo sé que es mejor desconfiar”, “hay que ir despacio porque de eso tan bueno no dan tanto”, “la verdad es que sin dolor no hay recompensa” o “esto es demasiado bueno para ser cierto”? Si es así, no se preocupe, hay muchas personas que piensan lo mismo cuando se les está presentado una oportunidad o situación que añoraban hace mucho tiempo.

Lea también: ¿Actuar con el corazón lo llevará a donde siempre ha querido estar?

Ante esto, Sylvia Ramírez, experta en temas de vida y felicidad, le tiene la solución. “Puede que no lo haya notado, pero la fe y el miedo son dos caras de una misma moneda, se trata de la convicción mística e intima de que eso que tanto está esperando va a pasar y es exactamente ahí donde surge el problema existencial, donde se le activa el comando de la mal interpretada madurez y se dice en su dialogo interno todas esas cosas que no lo dejan sentirse cómodo con el momento, la oportunidad o el sueño”, explica Ramírez en la 'Columna de la Vida'.

Además: ¿Cómo llevar una vida más feliz?

La experta ofrece tres alternativas para que usted cambie sus emociones y pensamientos frente a una oportunidad:  Anímese a soltar el terror de mirar hacia atrás y todo tiene su hora, aunque al leerlas pueden sonar imposibles, siempre metalicese que “al final, de eso tan bueno, sí dan tanto”.

¿Es usted de los que sale con cometarios como: “yo ya aprendí la lección”, “yo sé que es mejor desconfiar”, “hay que ir despacio porque de eso tan bueno no dan tanto”, “la verdad es que sin dolor no hay recompensa” o “esto es demasiado bueno para ser cierto”? Si es así, no se preocupe, hay muchas personas que piensan lo mismo cuando se les está presentado una oportunidad o situación que añoraban hace mucho tiempo.

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Ante esto, Sylvia Ramírez, experta en temas de vida y felicidad, le tiene la solución. “Puede que no lo haya notado, pero la fe y el miedo son dos caras de una misma moneda, se trata de la convicción mística e intima de que eso que tanto está esperando va a pasar y es exactamente ahí donde surge el problema existencial, donde se le activa el comando de la mal interpretada madurez y se dice en su dialogo interno todas esas cosas que no lo dejan sentirse cómodo con el momento, la oportunidad o el sueño”, explica Ramírez en la 'Columna de la Vida'.

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