Con la ayuda de una cámara instalada en la entrepierna, un hombre atrapa a las mujeres mientras observan sus partes íntimas.
Cansado de que las mujeres se la pasen asegurando que todos los hombres son unos pervertidos, un miembro de la "comunidad masculina" decidió demostrar que ellas también lo son.
El hombre instaló una cámara en su entrepierna, el dispositivo resultó un bulto de "aceptables" dimensiones que hacia parecer se trataba de su miembro viril.
La "cámara-paquete" tenía dos objetivos, llamar la atención de las miradas lascivas de las mujeres y grabarlas en acción, para así demostrar su teoría: las mujeres también son pervertidas.
Por El Espectador
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