Un equipo de investigadores comparó los niveles de concentración de cortisol (un biomarcador fácil de recopilar para dar una idea de las respuestas al estrés a largo plazo) en el pelo de 52 animales del refugio más grande de Países Bajos.
Perros
Los investigadores encontraron que las concentraciones de cortisol fueron significativamente más altas en las muestras de cabello que creció durante las primeras 6 semanas en el refugio que en las muestras recolectadas en el momento de la admisión.
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Además de las mediciones de cortisol en el pelo, también se evaluaron los valores de esta hormona en la orina de los perros.
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El estrés crónico puede exceder la capacidad de adaptación de los animales y, por lo tanto, amenazar su estado de bienestar, dicen los investigadores en el estudio.
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Aunque se organice un refugio de la mejor manera posible, sigue habiendo factores de estrés, como las aglomeraciones de otros perros y el no poder salir al exterior con la frecuencia habitual.