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Los secretos de Narda Lepes

Más que recetas, este libro propone la manera para aprender a comer bien y variado.

El Espectador
29 de julio de 2008 - 03:46 a. m.

Creció entre los sabores extremos que apetecía su padre y la cocina macrobiótica y vegetariana de su madre. Narda Lepes aprendió de cocina porque su “pasión es comer bien y la cocina es una herramienta más para lograrlo”. Sin embargo, ella misma lo reconoce, su estilo ha variado desde que abrió su primer restaurante en el que preparaba unos platos cargados de ingredientes:  “con la edad aprendés a editar. Yo recargaba de sabores mis recetas, ahora voy por cosas más sencillas, es como editar y dejar lo esencial”.

Tal vez por esto tardó un poco en publicar un libro, ahora que no tiene restaurante y se dedica a viajar por todo el mundo con su programa y a escribir en diarios como el Clarín. Lo dice sin ninguna pretensión, “hacer un libro de recetas no me interesaba, por eso esperé para publicar el primer libro”, que finalmente llegó a Colombia con editorial Planeta después de haber sido reeditado varias veces en Argentina. 

Menuda, de hablar rápido y expresivo, esta  joven chef tiene un amplio público entre los televidentes del Canal Gourmet donde presenta una serie que combina con viajes y comida.

Precisamente, este libro es el resultado de estos recorridos combinados con su pasión por la comida. Por esto, en Comer y pasarla bien el lector encuentra una guía que va desde la actitud correcta para ir a hacer mercado, hasta una variada lista de recetas, que lejos de pretender rigidez invitan a la creatividad.

“No es posible que uno pase todo el año comiendo los mismos tomates, siendo que sólo se dan una vez al año. Para comer sano y con más creatividad, hay que alimentarse de lo que está en estación”, ésta es su propuesta, ser más creativo para alimentarse mejor.

En relación con la tendencia de la fusión en la cocina, para esta chef amante de los viajes y abierta a nuevas culturas, es fundamental que la fusión se haga con muy buenas bases, “hay que conocer muy bien lo que se está fusionando. Es como una mesa, para que sea sólida, se necesitan por lo menos tres patas: técnica y dos tradiciones”.

Así, cuando se le pregunta cómo fusionaría o cambiaría alguna receta colombiana, se apresta a decir que no la conoce lo suficiente como para cambiarla, que aun no ha viajado a la costa para probar los platos  costeños. Pero reconoce que adora las arepas y las frutas tropicales que se encuentran en nuestros mercados.

Por El Espectador

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