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Más cerca de la fuente de la eterna juventud

Investigadores lograron “dar marcha atrás al reloj molecular” de unos ratones, al suministrarles células con un gen de la longevidad.

El Espectador
01 de febrero de 2013 - 08:37 a. m.
Foto: Archivo Particular
Foto: Archivo Particular

Un nuevo estudio promete estar cerca de develar la fuente de la eterna juventud. Investigadores de la Universidad de California, en Berkeley (Estados Unidos), lograron “dar marcha atrás al reloj molecular” de un grupo de ratones viejos, al suministrarles células madre de la sangre de roedores jóvenes con un gen de la longevidad. Según los autores este hallazgo, publicado en la revista Cell Reports, es “un gran avance” en la comprensión de los mecanismos moleculares del envejecimiento y, al mismo tiempo, proporciona elementos para el desarrollo de terapias contra enfermedades degenerativas.

La clave de esta investigación está en una proteína denominada SIRT3, perteneciente a la familia de las llamadas sirtuinas. Esta proteína tiene un papel fundamental en la reparación de células madre deterioradas por causas como el estrés, y permite la formación de nuevas células sanguíneas.

“Ya sabíamos que las sirtuinas regulan el proceso de vejez, pero nuestro estudio es el primero que demuestra que son capaces de revertir el envejecimiento asociado a la degeneración celular, algo que me resulta muy emocionante”, declaró a Europa Press la investigadora Danica Chen, profesora de Ciencias de la Nutrición y Toxicología de la Universidad de California.

La doctora Chen explica así la ciencia de su investigación: “Cuando nos hacemos mayores, nuestro sistema no funciona tan bien y generan estrés oxidativo que no se puede quitar, así que los niveles se acumulan. En estas condiciones, nuestro sistema antioxidante normal no puede hacerse cargo de nosotros, por eso es que la SIRT3 sirve para reforzar el sistema antioxidante”. Los investigadores resaltan, además, que se trata de un método “prometedor” pues permite “aumentar la expresión de una proteína sin aumentar el riesgo de enfermedades como el cáncer”.

En otras palabras lo que lograron los investigadores al aumentar los niveles de SIRT3 en las células madre de la sangre de los ratones, fue rejuvenecer estas células y estimular su producción mejorada. Sin embargo, como lo advierte Chen, “todavía está por verse si la sobreexpresión de SIRT3 realmente puede prolongar la vida”. 

Por El Espectador

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