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¿Más plata o mejor planeación?

La Federación pide que el 7% del PIB se destine a la educación pública en todos los niveles, con el fin de recuperar 60 billones de pesos que, según ellos, ha perdido el sector.

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Juan David Torres Duarte
05 de marzo de 2012 - 10:01 p. m.
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Unos meses atrás, los estudiantes marcharon por las calles bogotanas para exigir, entre otras cosas, que la educación fuera gratuita. El Gobierno, luego de perder la batalla con un proyecto de reforma con poco apoyo del sector académico, recogió esa propuesta en una nueva etapa de diálogo con rectores, profesores y estudiantes para modificar la educación pública superior.

Mientras las discusiones entre los diferentes actores continúan, la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) pone sobre la mesa otra opción: un referendo que modifique la Constitución y le otorgue el 7% del PIB a la educación (sólo para la educación superior esa cifra es de cerca del 1,2%). De ese modo, asegura Senén Niño Avendaño, presidente de Fecode, la educación pública gratuita sería posible desde el preescolar hasta la universidad.

“Eso implica un esfuerzo fiscal —dice Niño—. A la educación le quitaron, con dos reformas, cerca de 60 billones de pesos. De lo que se trata es de recuperar esos recursos”.

Es la misma cifra que el viceministro de Educación Superior, Javier Botero, resaltó ayer en entrevista con El Espectador. Sin embargo, aseguró Botero, “es una cifra descomunal que el país no tiene”.

El proyecto de referendo de Fecode se complementa con tres puntos más, ya recurrentes en los diálogos sobre educación superior: que la educación sea un “derecho”, que sea “gratuita y de calidad” y que existan garantías de que el personal docente tiene las capacidades profesionales para ejercer su oficio.

Fecode se encuentra en una etapa preliminar de su proyecto de referendo. Se ha reunido con diferentes asociaciones, entre ellas la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), y ahora planea conformar un comité promotor ante la Registraduría Nacional y, si todo sale bien, el siguiente paso será recoger cinco millones de firmas.

Sin embargo, ¿es una propuesta viable y adecuada para el problema de financiamiento de la educación pública? “La discusión debe empezar de otra manera. Lo importante no es cuántos recursos entran —responde Alejandro Gaviria, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes—, sino cómo se gastan, cuáles son las metas que hay”.

Para Gaviria, el hecho de que se incremente la entrada de dineros a la educación pública no supone un aumento de su calidad, uno de los propósitos de Fecode con la propuesta. “La educación requiere un programa de inversiones. (Darle el 7% del PIB) sólo es una captura de recursos —dice—. Es tener una renta fija y terminar desperdiciándola. Más bien hay que ver las necesidades”.

Por Juan David Torres Duarte

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