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La privilegiada ubicación geográfica de Bogotá, que a 250 kilómetros a la redonda posee todas las condiciones climáticas necesarias para producir cualquier tipo de alimento, no garantiza ni que sus 7,5 millones de habitantes estén bien nutridos, ni que puedan comprar las casi 8 mil toneladas de comida que se requieren a diario para alimentarlos.
A discutir el papel de Corabastos
Tras seis años de haberse adoptado en Bogotá el Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos y Seguridad Alimentaria (decreto 315) surgen distintas posiciones frente a su funcionamiento, específicamente sobre el papel de Corabastos, principal centro de acopio de alimentos. Mientras el director del Observatorio de Abastecimiento, Hernando Urbina, defiende que el decreto acierta en la idea de descentralizar la llegada de alimentos a Corabastos, el nuevo subdirector de Abastecimiento Alimentario del Distrito, Hernán Correa, advierte que la política debe impulsar la recuperación de la central principal y la protección del campesino.
PROS Y CONTRAS DEL DECRETO 315
Hernán Correa, Subdirector de Abastecimiento Alimentario del Distrito.
“El decreto está concebido bajo una idea arribista de progreso que ve las plazas como sitios sucios y desordenados que deben ser reemplazados por grandes superficies. El plan responde al principio de nada de lo que tenemos sirve.
Este es un plan desarrollado por políticos que crecieron en el primer mundo y que poco conocen las prácticas culturales de los campesinos, trasportadores y distribuidores.
Las intermediaciones de Corabastos y las plazas de mercado son necesarias. El campesino sabe producir, pero a veces no sabe comerciar: no pueden eliminarse esos intermediarios.
Hay que intervenir a Corabastos, pero no demolerlo ni volverlo una gran superficie. Corabastos se tiene que articular con las plazas públicas para generar un sistema público de abastecimiento”.
Hernando Urbina, Director del Observatorio de Abastecimiento de la Secretaría de Desarrollo Económico.
El decreto es integral, pues reunió en una sola política la cadena que comienza con la siembra y termina en el consumo.
El 315 no dice que beneficia a las grandes superficies, ese es un problema de interpretación. Propone la descentralización de Corabastos y la creación de nodos en las diferentes entradas de Bogotá para reducir los recorridos de los alimentos. Esos nodos pueden ser administrados por privados o por el sector público.
Cuando hace 25 años se creó Abastos, la ciudad tenía muchos menos millones de habitantes y se movía a otro ritmo. Ahora la ubicación de la central trae incrementos en la contaminación y consecuencias en la calidad y precio de los productos, que tardan más en llegar a su destino”.
Para 2050 el mundo perdería la seguridad alimentaria
Un reporte de la Organización Mundial de la Salud (marzo de 2011) plantea que si las tendencias actuales de crecimiento de la población, las dietas, los rendimientos de los cultivos y el cambio climático continúan, el mundo perderá la seguridad alimentaria en el año 2050. Según el reporte, para enfrentar este desafío es necesario efectuar cambios en las políticas, finanzas, agricultura, programas para el desarrollo, opciones de dieta y desperdicio de alimentos. También insisten en aumentar la investigación.