No olvidará las palabras

“¿Alguna vez has tenido una novia lejos?”. María Teresa Paredes contesta con una pregunta al periodista que le pide que relate qué sintió al abrazar, después de 11 años, siete meses y 14 días de ausencia obligada a su esposo, desde hace más de dos décadas, el general de la Policía Luis Herlindo Mendieta Ovalle. “En el corazón siento como fuego y en el estómago mariposas”. este lunes cuando se vieron, al pie del avión Antonov del Ejército que lo trajo a él y a tres secuestrados más de regreso, se dijeron más bien poco. “Él no hablaba. Como que no podía creer que fuera yo. Me dijo ¡gorda! Y yo lo besé”.

Con flores blancas en las manos, amparada a cada lado en todo momento por sus hijos José Luis y Jenny, la señora lideraba la tropa de familiares que le dio la bienvenida al uniformado: diez hermanos, más de 20 sobrinos, sus padres. Varios de ellos casi unos desconocidos físicamente.

El pasado domingo, cuando esperaba que los guerrilleros que lo custodiaban en la selva aparecieran con cualquier “cuestión especial” para celebrar su cumpleaños número 53, nada más lejos de la mente del hombre que apenas unas horas más tarde estaría festejando, abrazándolos a todos y calzando nuevamente las botas de su uniforme.

En un sentido gesto de general a general, en un salón del aeropuerto militar de Catam en Bogotá —al que arribaron este lunes a las 10:30 a.m. los liberados desde el Guaviare—, en presencia sólo de sus seres queridos, el comandante de la Policía de Carreteras, Rodolfo Palomino, le cambió el calzado de caucho pantanero a Mendieta, quien no dejaba de sonreír. A un ladito, una mesa con frutas, gaseosas y una torta de fresa en la que se leía: “Feliz cumpleaños, papucho”.

Minutos antes de la improvisada fiesta, en la que estuvo acompañado por el coronel Enrique Murillo, el teniente coronel William Donato, el sargento Arbey Delgado y las familias de cada uno, el ex secuestrado de mayor rango (plagiado el 1º de noviembre de 1998 en Mitú) había contado en rueda de prensa algunos dolorosos detalles de sus últimos meses en la manigua. “Hace más de 16 meses no teníamos radio, por lo tanto, salgo en este momento desconociendo muchas cosas de Colombia, del mundo, del país, de todo”.

Luego, fue ovacionado en la sede de la Policía, en donde el cantaron el cumpleaños.

En pruebas de supervivencia, que les habían tomado hace casi un mes, el general hizo esta petición: “Queremos un radio porque quiero escuchar a mi familia, quiero escuchar a mi amada esposa, quiero escuchar a mi amada hija, a mi amado hijo, quiero escuchar un vallenato de Ómar Geles ‘Quiero saber de ti’, escuchar a mi familia, escuchar noticias… al mundo entero”. Y este lunes la repitió a nombre de los hermanos que se quedaron: “Para los integrantes de las Farc, para que aquellos cautivos que no tienen radio por favor les entreguen radio… sobre todo para no olvidar muchas palabras”.

Palabras que él podrá compartir ahora con José Luis, de 25 años, quien dice que simplemente espera “conocer” a su padre. Y con Jenny, de 24, con quien le encantaba ver el programa Los Simpson. Para que no se borren jamás.

Esto dijeron...

‘El País’ de España

“Entre lágrimas y sonrisas, Mendieta y sus compañeros policías, los coroneles Enrique Murillo y William Donato, así como el sargento del Ejército Arbey Delgado, se han fundido en estrechos abrazos con sus familiares, quienes no podían creer que ya estuvieran entre ellos”.

‘The New York Times’

“El rescate de los hombres es un nuevo golpe a la guerrilla, invocando la audaz operación de 2008 que liberó a Íngrid Betancourt, además de otros rehenes retenidos por las Farc. El grupo rebelde se debilitó, pero resistiendo ha estado librando una insurgencia desde la década de 1960”.

Felicitaciones de UE

“La Unión Europea celebra la liberación por parte de las fuerzas de seguridad colombianas de cuatro de los más antiguos secuestrados de las Farc. Es por hechos como este que esta guerrilla ha sido incluida en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea”.