Norah Jones estrena disco

Cualquier artista de mundo envidiaría los contactos musicales que tiene Ravi Shankar. El experimentado maestro del sitar, un instrumento de cuerda propio de la escena hindú, se ha dado el lujo de exponer su talento al lado de los más grandes: Philip Glass, los Beatles y Peter Gabriel, para mencionar sólo algunos. Cualquier desprevenido podría suponer que con ese manejo de las relaciones, si algún descendiente de Shankar optara por dedicarse a la música, tendría las puertas abiertas de par en par.

Sin embargo, poco es lo que ayudó el artista bengalí a la consolidación de su hija Norah Jones en la música, aunque para Anoushka (la hija menor de Shankar) sí ha sido determinante, pues ella recibió toda la herencia del sitar, mientras que la primera ha hecho del piano y la voz sus cómplices más incondicionales.

Norah Jones se lanzó a la industria discográfica con Come Away With Me (2002), álbum con el que consiguió ocho premios Grammy y vendió 20 millones de copias. Siete años más tarde esta mujer experta en rock, jazz y country presenta su registro The Fall, trece canciones producidas y grabadas por Jacquire King.

“Con este disco quería pasar del country o un sonido de jazz y definitivamente quería probar algunas cosas diferentes en cuanto al grupo más que todo: sentir algo más de batería, guitarras eléctricas y sintetizadores. El rock fue la dirección que tomé y pude ver que sonaba como quería, como me gustaba”, comenta esta cantante, que comenzó con el gospel y estudió en el Instituto Broker T. Washirable.

Muchas de las canciones que aparecen en The Fall las escribió Jones durante el otoño pasado. Incluso Light as a Feather fue concebida a cuatro manos con su amigo Ryan Adams. En este trabajo musical, la artista mantiene su romance con las teclas negras y blancas, pero ahora incursiona en la ejecución de instrumentos de cuerda como la guitarra.

“La gente no sabe, pero yo siempre he escrito en la guitarra, este instrumento me obliga a escribir. La diferencia está en que ahora toco la guitarra un poco mejor. Toco el piano en un corte y en un par más, pero esta fue la primera vez que usé un teclista adicional. No soy muy experta, así que tuve a esos chicos que tocaban diferente, con sonidos atmosféricos”, asegura esta artista norteamericana, quien decidió seguir la vena sonora de su padre, pero que no recurrió a sus influencias para llegar a cumplir el sueño de ser estrella.

Cualquier artista de mundo envidiaría los contactos musicales que tiene Ravi Shankar. El experimentado maestro del sitar, un instrumento de cuerda propio de la escena hindú, se ha dado el lujo de exponer su talento al lado de los más grandes: Philip Glass, los Beatles y Peter Gabriel, para mencionar sólo algunos. Cualquier desprevenido podría suponer que con ese manejo de las relaciones, si algún descendiente de Shankar optara por dedicarse a la música, tendría las puertas abiertas de par en par.

Sin embargo, poco es lo que ayudó el artista bengalí a la consolidación de su hija Norah Jones en la música, aunque para Anoushka (la hija menor de Shankar) sí ha sido determinante, pues ella recibió toda la herencia del sitar, mientras que la primera ha hecho del piano y la voz sus cómplices más incondicionales.

Norah Jones se lanzó a la industria discográfica con Come Away With Me (2002), álbum con el que consiguió ocho premios Grammy y vendió 20 millones de copias. Siete años más tarde esta mujer experta en rock, jazz y country presenta su registro The Fall, trece canciones producidas y grabadas por Jacquire King.

“Con este disco quería pasar del country o un sonido de jazz y definitivamente quería probar algunas cosas diferentes en cuanto al grupo más que todo: sentir algo más de batería, guitarras eléctricas y sintetizadores. El rock fue la dirección que tomé y pude ver que sonaba como quería, como me gustaba”, comenta esta cantante, que comenzó con el gospel y estudió en el Instituto Broker T. Washirable.

Muchas de las canciones que aparecen en The Fall las escribió Jones durante el otoño pasado. Incluso Light as a Feather fue concebida a cuatro manos con su amigo Ryan Adams. En este trabajo musical, la artista mantiene su romance con las teclas negras y blancas, pero ahora incursiona en la ejecución de instrumentos de cuerda como la guitarra.

“La gente no sabe, pero yo siempre he escrito en la guitarra, este instrumento me obliga a escribir. La diferencia está en que ahora toco la guitarra un poco mejor. Toco el piano en un corte y en un par más, pero esta fue la primera vez que usé un teclista adicional. No soy muy experta, así que tuve a esos chicos que tocaban diferente, con sonidos atmosféricos”, asegura esta artista norteamericana, quien decidió seguir la vena sonora de su padre, pero que no recurrió a sus influencias para llegar a cumplir el sueño de ser estrella.